España comenzó su penitencia ganando, 107-73, a Egipto
LÓPEZ ITURRIAGA, Antonio Díaz Miguel estuvo estudiando el sábado un vídeo de Egipto durante, casi tres horas. Normalmente, un ejercicio de rutina. Pero esta vez tenía un objetivo más: el desesperado intento de no perder un hilo que se rompió, sin arreglo posible, contra Grecia. España está en Salta y actúa en un pabellón de 8.200 posibles espectadores, de los que sólo acuden 200. Los jugadores están desmoralizados y sólo piensan en acabar cuanto antes y volver a casa. Con este panorama, el estudio de¡ contrario, sobre todo de Egipto, adquiere tintes cómicos. Se le ganó, obvia mente, por 107-73. También por los puestos del noveno al 16º, Canadá se entrenó, 144-86, ante Corea de¡ Sur. Mientras tanto, por los del primero al octavo, la URSS batió a Grecia por 75-57 y Yugoslavia a Brasil por 105-86 (los demás partidos no habían concluido al cierre de esta edición).
En una situación como ésta todo es accesorio o incluso inútil. Ya no importa mucho que Romay no vaya a jugar debido a su fractura en una mano o que Ferrán esté tocado y se le reserve para el encuentro con Venezuela. Mucho menos que España fuese ganando a los 10 minutos por 2521; en el descanso, por 56-36, y al final por 107-73. ¿A quién puede satisfacer coger 15 rebotes (Andréu), seguir sin fallar un tiro libre (Zapata) o volver a jugar después de dos partidos sin pisar la cancha (Antúnez)? Es posible que ni siquiera te sentase mal a Arcega que Díaz Miguel le quisiese poner en juego cuando quedaban 20 segundos para terminar el primer tiempo. Lo único que se puede esperar ya es que España consiga un espantoso noveno puesto y que Villacampa siga en su línea. Si Díaz Miguel le da el tiempo suficiente, puede luchar con el italiano Riva por ser el máximo encestador. Ayer marcó 19 tantos.
Romay regresa ya
Romay volverá lo antes posible a España después de que su regreso fuese solicitado por el Real Madrid a través de un fax. Romay quería quedarse hasta la conclusión del torneo. Pero regresará de inmediato para ser reconocido por los servicios médicos de su club.
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