El PSOE, inquieto por García Damborenea en las elecciones vascas

El Partido Socialista de Euskadi centrará la campaña autonómica en la necesidad de mantener su presencia en un Gobierno de coalición para seguir alentando la perestroika nacionalista. Los socialistas tratarán de atraer así al electorado moderado, en especial al de un CDS en trance de desaparición en la comunidad vasca, según las encuestas. En el partido existe inquietud por el posible impacto negativo en sus resultados de la candidatura de Ricardo García Damborenea.

La formación de Damborenea, Democracia Socialista (DS), aparece en las encuestas realizadas hasta ahora con porcentajes ínfimos de intención de voto, inferiores al 0,5% según fuentes del PSE. La identificación de las siglas a lo largo de la campaña con la imagen personal del antiguo secretario general de los socialistas de Vizcaya, no obstante, puede facilitarle un aumento considerable.Damborenea acaricia la idea de presentarse por Álava, donde un escaño puede conseguirse con menos votos y la barrera mínima del 5% se sitúa en torno a los 7.000. En Vizcaya, en cambio, se necesitan aproximadamente 30.000 y en Guipúzcoa unos 18.000. Superado el porcentaje mínimo, cada escaño cuesta en Álava unos 5.000 votos, en torno a 20.000 en Vizcaya y aproximadamente 12.000 en Guipúzcoa.

Este precio menor en Álava, debido a la distribución igualitaria de los 75 diputados autonómicos entre las tres provincias, ha atraído ya a la circunscripción con censo más reducido a otros aspirantes a lehendakari, en busca de rentabilidad para sus esfuerzos de campaña. Por Álava se presentan, entre otros, el actual presidente del Ejecutivo autónomo, el peneuvista José Antonio Ardanza; su vicepresidente, el socialista Ramón Jáuregui, y el número uno del PP, Jaime Mayor Oreja.

Damborenea podría privar al PSE de dos o tres escaños aunque su reciente partido no consiguiera ninguno. La posición privilegiada de los socialistas en 1986 fue fruto de circunstancias como la fragmentación del voto del Partido Nacionalista Vasco y una distribución afortunada de su propio electorado en las tres provincias.

Lista rival

Los socialistas se adjudicaron los últimos diputados de Guipúzcoa y Álava, respectivamente, con ventaja inferior a 2.000 votos sobre el siguiente partido en ambos casos. En Vizcaya, donde la posición de su último diputado era más sólida, la ausencia de Damborenea de la candidatura y su presencia al frente de una lista rival puede causar un cierto impacto en el electorado socialista. Otra amenaza para el PSE es la prevista recuperación del PP, una parte de cuyo electorado se refugió en 1986 en el apoyo a Benegas, a falta de un candidato con posibilidades. Jauregui confía en mantener el voto de 1986, en torno al 22%. Las encuestas socialistas creen posible este objetivo.