El experimento de Luxemburgo

Luxemburgo, Bélgica e Irlanda son los tres únicos países de la CE en los que los inmigrantes comunitarios son más numerosos que los procedentes de países terceros. En Bélgica esa situación se explica por el peso relativo de los funcionarios comunitarios y del mundo de representaciones que se mueven alrededor de la Comisión Europea. Sin embargo, el racismo y la discriminación es una realidad en alza.En Irlanda, salvo los gitanos, no hay problemas de xenofobia, porque el grueso de los extranjeros son norteamericanos.

En Luxemburgo la situación legal de los inmigrados cambió automáticamente en 1986 con el ingreso de Portugal en la CE. En el Gran Ducado viven 40.000 portugueses sobre un total de 382.200 habitantes. Los residentes extranjeros representan el 28% de la población, a los que hay que añadir otro 9% de trabajadores de las regiones fronterizas de Alemania, Bélgica y Francia.

Estos porcentajes demuestran que el umbral crítico de la inmigración no existe. La ausencia de incidentes ha dado pie a hablar de Luxemburgo como el experimento de melting pot europeo.Sin embargo, el Gran Ducado encara el proyecto de unión política de la CE con el temor de perder su identidad nacional, por lo que se opone a conceder el derecho de voto en las elecciones municipales a los no nacionales.