De Cienciología
En relación al editorial de 12 de julio pasado (Sectas y delito), apelo al talante liberal de ese diario para que publique las siguientes puntualizaciones:
1. Cienciología, religión conocida como tal en el diccionario vaticano del cardenal Potipard, cuenta con más de seis millones de fieles y desarrolla legalmente su actividad en 70 países.
2. Cienciología no es una secta y mucho menos una "secta destructiva". Sorprende el que un diario moderno y progresista como EL PAÍS acepte con tanta facilidad un estereotipo que nace del miedo a la libertad, de campañas para consolidar el monopolio de una confesión dominante. Nosotros esperamos de EL PAÍS que defienda que la diferencia no es pecado y que las minorías deben ser protegidas y no hostigadas.
3. No es verdad, sencillamente no lo es, que el primer mandamiento de la Cienciología sea "hacer dinero", como afirma su editorial. No es verdad que nuestra actividad se resuma en "un rosario de delitos de tipo fiscal, contra la salud pública, lesiones, contra la libertad y seguridad en el trabajo y coacciones y amenazas". Pero, ¿de verdad han podido ustedes creer todo eso? ¿No les dice nada el origen de esas difamaciones? ¿Y el que aquel sumario, tan espectacularmente iniciado y al que ustedes se refieren, esté quedando en nada? ¿Un juez ebrio de notoriedad, unos policías sugeridores activos de denuncias y una activista democristiana castigada por los electores y que ha encontrado en esta cruzada el medio de vida para no regresar a su oscuridad provinciana, son fuentes suficientes para el editorial de EL PAÍS?
4. Nuestra filosofía religiosa se inscribe en el marco de la Ilustración europea, sostiene que la felicidad se consigue "por la comprensión de sí mismo y de los demás". En el marco constitucional de la libertad religiosa y de la igualdad ante la ley, la Cienciología únicamente pide la libertad que defiende para todo ser humano y un trato justo. Algo que debiera merecer el respeto y el apoyo de la prensa independiente. No somos una secta, aunque una idea equivocada de que con ello se sirve a la Iglesia dominante en España quisiera vernos en las catacumbas. Nuestros fines son lícitos. Nuestros propósitos, organización y estructura son públicos. ¿No será que alguien debiera ver la viga de su ojo antes que nuestra paja?-
Portavoz de la Iglesia de Cienciología.
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