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Berlín Este busca frenar la crisis antes de las elecciones

El Gobierno de la República Democrática Alemana (RDA) ha iniciado una carrera contra reloj para evitar -por medio de todo tipo de parches y afeites- que los índices económicos desciendan antes de las previstas elecciones generales del próximo 2 de diciembre y se deteriore la situación social. Cada día que pasa, el Gobierno de Lothar de Maiziere incrementa la lista de préstamos a fondo perdido, concesiones generosas a los nuevos sindicatos y arreglos vergonzosos con los directores de empresas y burócratas del antiguo régimen, con tal de ganar tiempo.Berlín Oriental está dando muestras de una prodigiosa capacidad para adaptarse a los mecanismos estadísticos del nuevo sistema de economía de mercado. Según admitió ayer un alto cargo del Ministerio de Trabajo, las cifras oficiales de desempleo se mantienen artificialmente bajas por medio de subsidios gubernamentales a las empresas para que tengan en nómina a más de 200.000 trabajadores.

Según esa fuente, estos trabajadores reciben un 65%, de su salario, y este tipo de beneficio va a ser aplicado en breve plazo a otros otros 250.000. La cifra oficial de parados en la RDA, a finales de junio, se acercaba a los 150.000. Con el anterior régimen no existía el desempleo.

Los trabajadores de la industria química, una de las más obsoletas y contaminantes del planeta, obtuvieron ayer un aumento lineal del 35% con efecto retroactivo al primero de este mes. Los empleados de las compañías públicas que se dedicaban al comercio exterior consiguieron ayer, a base de ocupar el Ministerio de Comercio, que el Gobierno suspendiera el proyecto de reducción de plantilla destinado a hacer competitivas estas empresas. Los agricultores soltaron ayer frente a la Volkskammer (Parlamento) un rebaño de vacas y otro de ovejas en contra de la competencia occidental y los precios fijados para sus productos por el Gobierno.

Los trabajadores de este sector, uno de los que más van a sufrir los efectos de la unidad económica entre las dos Alemanias, se quejan de que sus productos se están pudriendo en los graneros y su ganado engorda sin se sacrificado, debido a la competencia llegada de la otra Alemania y al hecho de que Gobierno ha fijado demasiado altos sus precios con lo que les imposible ser competitivos. En las zonas rurales del norte de la RDA, En magdeburgo y Mecklemburgo, se estima que más de 400.000 agricultores pueden quedar sin trabajo.

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