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Tour 90

Alcalá dio la sorpresa en la contrarreloj

El Tour empieza a hablar español. La primera contrarreloj importante de la carrera supuso la confirmación a gran nivel de un impresionante Raúl Alcalá y los magníficos recorridos de Miguel Induráin, segundo, y de Pedro Delgado, cuarto. Los dos corredores del Banesto tuvieron la suerte de correr sin lluvia, pero al mexicano, que está sacando los frutos de un entrenamiento a principio de temporada a 3.650 metros de altitud, no le importó. Se ha convertido definitivamente en uno de los máximos favoritos al triunfo final. Delgado cedió 2.05 minutos a Alcalá, pero obtuvo una inesperada renta de seis segundos sobre Lemond.

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La altitud vuelve a ser la clave en los éxitos de un deportista. Raúl Alcalá vive en su ciudad natal, Monterrey, a 600 metros sobre el nivel del mar, y sólo subía alturas cuando iba a México Distrito Federal (2.240 metros) o al escalar las montañas en las pruebas por etapas. Sin embargo, este año pasó el mes de febrero entrenándose en el Centro Ceremonial Otomí, una antigua ciudad azteca situada a 160 kilómetros de la capital mexicana y a 80 de Toluca. Allí, en jornadas matinales de casi, 200 kilómetros en bicicleta y de carreras a pie en montaña por la tarde, hizo una pretemporada con más de 2.500 kilómetros recorridos que luego dio rápidamente resultados al ganar el Tour de Trump, en Estados Unidos, o la Vuelta a Asturias, en España. El entrenamiento con carencia de oxígeno en altitud supone volar después a menores alturas.Para rodadores

Sólo así se puede explicar que en una contrarreloj para rodadores como la de ayer, Alcalá volviera a dar un recital. En realidad, ya lo había anunciado en la etapa prólogo de Futuroscope. Entonces, sin que se valorara suficientemente ante la resurrección de Lemond, hizo el mismo tiempo que el norteamericano, sobre los 6,3 kilómetros. Ha mejorado su posición aerodinámica sobre la bicicleta con unos cambios respecto al año pasado y, además se atrevió a llevar el máximo desarrollo 55 X 12, que supone 9,13 metros por cada pedalada. Aunque no lo utilizara mucho tiempo y subiera de piñón, fue un índice claro de su potencia actual. Supo que iba muy bien cuando pasó a Rooks, que había partido sólo dos minutos antes que él a 10 kilómetros de la salida.

" ¿Yo?, tranquilo", había comentado Alcalá antes de la salida. "No ha llegado mi terreno todavía. ¿Fignon? Bueno, ha sido uno de los primeros 10 enemigos que se va a casa y eso favorece a todos. ¿Lemond? Está muy bien, lo está demostrando, pero vamos a ver qué pasa en montaña. ¿Bauer? Lo mismo, pero la montaña larga es diferente". Después de su triunfo, añadió: "Ahora se trata de quitar más tiempo a Bauer y Pensec, porque a Lemond y Delgado ya les he quitado algo de tiempo, aunque son dos hombres importantes y hay que tenerles siempre en cuenta. Pero yo tengo la moral muy alta, cada vez me siento mejor y mi meta es el primer puesto en París".

Alcalá quitó el triunfo que parecía tener ya Induráin. El navarro no pudo celebrar mejor San Fermín. Superados sus problemas de garganta, volvió a demostrar su calidad: "He rodado muy a gusto. Desde la salida he ido a tope". A diferencia de Alcalá, y al igual que Lemond, Indurain llevó un 54 de plato y un 12 de piñón. Delgado, de pierna más pequeña y acostumbrado a pedalear más ligero, sin hacer tanta palanca, usó un 53 X 12. El segoviano se defendió espléndidamente, pese a que no era un recorrido apropiado para sus condiciones.

Pero aunque ha mejorado contra reloj en los últimos años, no tanto como ha hecho en el actual Alcalá. "Era una contrarreloj muy rápida, que favorecía a los grandes rodadores", dijo Delgado en la meta. Aún no habían salido ni el mexicano ni Lemond. Este, nada más traspasar la llegada, sin conocer los otros tiempos, dijo: "No estoy cansado, pero esta lluvia... No sé como han estado los demás". Al decirle el tiempo de Delgado (Alcalá estaba aún en carrera), no pudo evitar un gesto de malhumor, bien raro en él: "Bueno, ha sido por la lluvia. No todo el mundo ha podido correr en las mismas condiciones...".

La carrera adquiere un nuevo impulso. Delgado no ha perdido el tiempo que temía con Lemond, gracias también a que no le llovió, pero le ha sorprendido Alcalá, mejor escalador y en gran forma como ha demostrado. Sin embargo, el español ha vuelto a coger moral. Le rebajó 38 segundos a un Bauer que se movió a su altura, y sólo 21 a Pensec, mejor escalador y que quizá resista mejor en la alta montaña. Por otro lado, al fin se hizo notar Bugno, sólo superado por Induráin y Alcalá. Si el italiano responde en la montaña será otro hombre a tener en cuenta. Hasta ahora, como Alcalá, ha estado conservador en las etapas en línea, pero ya ha demostrado su calidad en la primera ocasión importante. Pese a lo ocurrido, y con esa es capada de Futuroscope, el Tour volvió a empezar ayer.

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