¡Felicidades, Bilardo!
Nunca pensé que felicitar a un apólogo del antifútbol nodía ser tan justo como en el caso de este cantante de tango afónico nacido de las cenizas filosóficas de El Flaco y elevado junto a los dioses del olimpo por la mano de Dios.Como entrenador, aparte de su buena dialéctica, deja mucho que desear. Su gran acierto, ahora me lo explico, ha sido dejar fuera del Mundial a Jorge Valdano, un futbolista sacrificado, poco lucido y bastante eficiente, al que reclamó de su retiro dorado para embarcarlo en la aventura descabellada, cargada de sentimentalismo y de la que lo apeó en la última estación aun a pesar de haber pagado todo el billete.
El día que saltó la noticia, los que, como yo, aman el fútbol por encima del forofismo y pasiones desmedidas nos alegramos, pues perdimos un futbolista notable, pero a cambio ganamos un comentarísta y articulista excepcional. Gracias otra vez a Bilardo. Una vez más, su torpeza ha conseguido que Jorge Valdano siga siendo el campeón que todos añoramos y el genio que nos regatea y deleita con la palabra.-Cecilio Zamora Sánchez.
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