Las presiones debilitaron a Rumania, según un directivo

"Nuestra selección no estaba preparada para ese partido. Muchos de los jugadores estaban pensando en sus contratos o en lo que sucedía cerca de sus casas". Así se explicó un directivo rumano, que no quiso ser identificado, tras la derrota ante Irlanda. Rumania, que contaba entre las que podían dar alguna sorpresa, ha estado presionada por diversos avatares: centenares de aficionados que acudieron a Italia y terminaron solicitando asilo político, incidentes en las principales capitales del país entre mineros; y estudiantes y, finalmente, la presión derivada de la actuación de una verdadera pléyade de intermediarios acosando a las figuras. "Todo eran llamadas telefónicas, telegramas o cartas tratando de buscar citas con los jugadores para hablar de fichajes", reconoció el directivo.Los jugadores rumanos se presentaron al Mundial como quien, acude a un escaparate, sabedores de que las autoridades les concederían permiso para emigrar al exterior una vez concluyese. Semanas antes de iniciarse, una de sus estrellas, Hagi, firmaba contrato con el Real Madrid por los próximos tres años. Ésa era la primera señal.

Desde que comenzó el campeonato, las negociaciones han alcanzado prácticamente al resto del equipo. Así, ya se sabe que el delantero Lacatus integrará las filas del Fiorentina, italiano, la próxima temporada, como sustituto de la estrella local, Baggio, contratada por el Juventus por la cifra récord de 2.200 millones de pesetas. Es seguro también que el extremo Raducioti jugará con el Bari, italiano, y que el centrocampista Sabau jugará en el Feyenoord, holandés. Popescu, un libre que ha encantado a los especialistas, es perseguido por varios equipos. El delantero Mateut, que ha jugado pocos minutos, recalará, por otro lado, en el fútbol suizo.

"Ha existido una presión increíble sobre los jugadores, presión que hemos tratado de atenuar sin conseguirlo", señaló el directivo en cuestión. Tal cúmulo de dificultades llegó a alcanzar al seleccionador, Emerich Jenei, quien debió despazarse hace unos dias urgentemente a Bucarest por problemas familiares.