Graves incidentes en un pueblo fronterizo entre Holanda y la RFA
La derrota de Holanda frente a la selección de Alemania Occidental convirtió el pasado domingo en un auténtico campo de batalla la calle principal de Kerkrade, una localidad fronteriza situada al sur de Holanda. Poco después de conocerse el resultado final, miles de hinchas de ambas nacionalidades se apostaron en sus aceras de la calle que divide las dos fronteras. Desde allí lanzaron petardos, bengalas y astas de bandera al tiempo que cruzaban insultos calificados de muy graves por la policía.Varios jóvenes resultaron heridos en la refriega, que sólo pudo ser controlada por los agentes hacia la una de la madrugada. La zona quedó sembrada de restos de latas y vidrios de escaparate. La comisaría de Kerkrade mostró ayer su desconcierto y asombro ante la virulencia de un choque protagonizado por los mismos vecinos que horas antes del partido recorrían tranquilos la calle. También en la ciudad de Enschede, al norte de Holanda y cercana a la frontera alemana hubo algunos choques, aunque de menor importancia.
La Prensa holandesa, por su parte, empleó duros calificativos para criticar la actuación de la selección. Todos los periódico coincidieron en señalar la pro funda crisis que atraviesa el equipo nacional. "Van Basten, el fracaso de un símbolo", titulaba el lunes el matutino Trouw. "El mejor jugador europeo de 1988 no pudo remontar su propia depresión y su juego fue muy malo" continúa el diario.
De Volkskrant señala también la superioridad alemana "que puso de manifiesto la incapacidad de los jugadores para atacar". El equipo holandés ha salido muy dañado del campeonato donde sólo jugó a la defensiva, según el vespertino NRC-Handeisblad. "El último lugar donde un jugador [Rijkaard] debe mostrar los límites de su propia guerra privada es precisamente en un partido internacional".
Para Het Parool, el diario de la tarde de Arristerdam, los errores de las estrellas holandesas aceleraron la derrota del equipo: "Ronald Koeman fue una caricatura de sí mismo; Van Basten mostró sus limitaciones y Ruud Gullit no pLido remontar los problemas ocasionados por su antigua lesión. Solo Rijkaard, que equivocó sus modales, estuvo a la altura de las circunstancias".
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