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Esculturas de emergencia

El túnel que une las estaciones de Atocha y Chamartín cuenta con cinco nuevas salidas

Un nuevo elemento urbano se ha incorporado al paseo de la Castellana. Cinco salidas de emergencia del túnel Atocha-Chamartín aparecen a lo largo del eje norte-sur de la ciudad como objetos arquitectónicos y escultura pública. Es la primera vez que se realiza en Europa una actuación de este tipo en túneles construidos; en este caso, en un túnel ferroviario de ocho kilómetros de longitud, vinculado al paisaje subterráneo de Madrid desde 1930.

Las salidas de emergencia e instalaciones de seguridad en el túnel Atocha-Chamartín, que discurre a 20 metros de profundidad a lo largo de ocho kilómetros del paseo de la Castellana, forman parte de un acuerdo marco de colaboración sobre protección civil y seguridad entre el Ayuntamiento y Renfe con una inversión de 400 millones de pesetas.Las instalaciones básicas son cinco pabellones de salida en superficie situados, y ya en funcionamiento, en las calle Padre Damián, Marceliano San María, la plaza del Doctor Gregorio Marañón y la calle Marqués del Riscal. La situación de la salida del paseo del Prado está pendiente de fijar, ya que coincide con las proximidades del Museo del Prado La parte exterior se alcanza mediante escaleras de 1,5 metros de ancho, excavadas en pozos de planta octogonal de 2,55 metros de lado y una estructura de pantallas de 0,55 metros de espesor.

El arquitecto Ángel Fernández Alba, salmantino, de 47 años, es el autor de las salidas de emergencia, que las ha proyectado "como pequeños pabellones cerrados y con un carácter de escultura pública". Añade que estos objetos arquitectónicos y piezas escultóricas son fácilmente identificables en el paisaje urbano del paseo de la Castellana, y al mismo tiempo "evocan un cierto carácter monumental por sus formas abstractas y resonancias históricas".

Bautismo de pintadas

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El carácter de escultura pública está relacionado con la elección de materiales, que se acoplan por su concepción de estructura. La cubierta es de acero corten, con un peso de ocho toneladas; y el cerramiento está formado por 14 piezas de granito macizo rosa Porriño, de dos toneladas de peso por unidad. La puerta es de cobre y bronce e incluye el anagrama de Renfe. El único signo externo que identifica el edificio, "ya que sirve para salir, no para entrar", es una placa situada en el suelo.

"Los materiales empleados no requieren conservación ni mantenimiento", dice Angel Fernández Alba, "Tanto la piedra como el metal tienen un envejecimiento orgánico y este paso del tiempo le da también su propio carácter". Algunas de estas salidas, como la situada en la plaza del Doctor Gregorio Marañón, ya han sido bautizadas con pintadas. "La pintura desaparece al pasar un pequeño compresor por la piedra, y cuando esté ya envejecida no suele, atraer a estos escritores", comenta el arquitecto.

El proyectar esculturas en unas salidas de emergencia era desde el principio la imagen dominante en Angel Fernández Alba, que ilustra con las recientes aportaciones de artistas a los espacios públicos. El pabellón de salida del paseo del Prado está en estudio, al coincidir con las proximidades del Museo del Prado. Para este lugar, el arquitecto imagina una escultura de Claes Oldenburg: una plancha, un tornillo, un enchufe o un cepillo de dientes ante la misma paleta de Velázquez. Pero Claes Oldenburg no ha sido contratado.

Ángel Fernández Alba, profesor de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid, tiene en construcción, entre otras obras, un invernadero en el Jardín Botánico de Madrid, la nueva Facultad de Derecho en Alcalá de Henares, el nuevo edificio para cancillería española en Estocolmo y, en proyecto, el hospital del Insalud en Manacor.

El túnel entre las estaciones de Atocha y Chamartín, construido dentro del Plan de Enlaces Ferroviarios de Madrid, tenía como únicos accesos las estaciones de Atocha, Recoletos, Nuevos Ministerios y Chamartín. Por él pasan 380 trenes cada día, que transportan 80.000 personas.

Con las nuevas salidas de emergencia, los viajeros y equipos de intervención en caso de incidencia no deben recorrer más de 600 metros en el túnel. Las salidas garantizan el flujo de evacuación de 75 personas por minuto.

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