"¡Coger piedras chavales!"

Quizá algunos de ustedes recuerden un anuncio televisivo del setenta y pico sobre unos fascículos de aquellos de entonces sobre algo así como Grandes batallas de la humanidad, que empezaba con el estruendo de un disparo de cañón. Pues bien, estábamos toda la familia reunida al calor de la caja tonta -mi madre aún no estaba sorda y el volumen era el normal- cuando de repente se cortó la película y sonó "iboooooom!" con el mismo volumen que si el cañón hubiera abierto fuego desde la pantalla directamente hacia nosotros. Mi padre, que en paz descanse, era el hombre algo rojillo, como se solía decir, y casi al mismo tiempo, cuando el estruendo no se había extinguido y todavía con los pelos de gallina, gritó: "¡Coger piedras, chavales!", y todos nos reímos, bajamos el volumen, y aquí paz y después gloria. La moraleja, si es que se le puede llamar así, es que aquello se podría atribuir a un fallo humano o del potenciómetro, pero lo que nos están haciendo los canales televisivos actualmente, especialmente los privados, subiendo el volumen (no lo nieguen, que somos muchos testigos) cuando empiezan los anuncios, no sé si será para coger piedras, pero sí el mando a distancia y cambiar de canal sin remordimiento alguno.Se trata, según mi opinión, de ponerse de acuerdo los representantes respectivos y emitir en un único volumen, primero, cada uno en su programación, y después, todos juntos.-