El PSOE propondrá en su congreso nacionalizar suelo si persiste la especulación
El PSOE aprobará en su próximo congreso un nuevo diseño ideológico y estratégico para los próximos años en el que consagra la iniciativa privada, aunque se propone la "necesaria intervención del Estado para corregir la ceguera social del mercado", según señala el nuevo Manifiesto 2000, que se convertirá en la ponencia marco de ese congreso. Así, si la Ley del Suelo no acaba con la especulación, los socialistas nacionalizarán una parte del suelo. Aunque el texto tiene un carácter más izquierdista que el anterior, una parte de las propuestas de los militantes no ha sido incorporada.
Una vez que el primer borrador del Manifiesto 2000 fuera presentado oficialmente por el secretario general del PSOE, Felipe González, el pasado 18 de enero, el texto ha pasado a ser debatido por las federaciones del partido, que lo han enmendado en casi un 60%. Las organizaciones más activas han sido la asturiana, vasca, andaluza, valenciana, Galicia, Castilla-La Mancha y la provincial de Bada*oz.El coordinador del Programa 2000, Manuel Escudero, sintetizó las propuestas recibidas en un nuevo manifiesto que, no obstante, resultó limado en algunos aspectos después de que el pasado jueves los miembros de la comisión de redacción del programa, cuyo presidente es Alfonso Guerra, desestimaran algunas de las propuestas. Así, ha desaparecido la referencia al servicio militar, que, aunque no precisaba tiempo de duración, sí señalaba que sería "el tiempo preciso" para conseguir el adiestramiento necesario.
Igualmente se ha eliminado el capítulo de la justicia, en el que se mantenía la elección por parte del Parlamento de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y la adopción de la institución del jurado. La celebración de referendos para que los ciudadanos opinaran sobre asuntos de relevancia también ha desaparecido del segundo borrador, así como algunos de los apartados referidos a los medios de comunicación, tales corno la autorregulación de los profesionales, el fomento de los medios de comunicación de ámbito local y de comunidad y el sistema de cogestión en las empresas periodísticas.
Sí se ha incorporado al texto la siguiente cautela: "Es necesario diseñar medidas que aseguren la competencia en el mercado para prevenir la formación de monopolios empresariales de la comunicación y garantizar la pluralidad de información y expresión".
Del texto se desprende el esfuerzo de los redactores por despejar toda duda respecto a la consagración del régimen de economía libre de mercado, aunque con el contrapeso del Estado como elemento "racionalizador" para que no se produzcan desequilibrios sociales.
Los socialistas han incorporado como principios básicos el feminismo y el ecologismo; éste último concebido no aisladamente sino imbricado en el proyecto de desarrollo económico que proponen.
Plusvalías para el Estado
La sociedad se coloca en el texto de los socialistas como árbitro entre la iniciativa privada y el Estado y como fiscalizadora de ambos. La propuesta más concreta de intervención del poder público se refiere a la lucha contra la especulación, ya que "en momentos de desarrollo económico es cuando los especuladores intensifican sus expectativas de un fácil beneficio. Los socialistas vamos a mantener una actitud vigilante, y si fuera necesario en el futuro, impulsaremos un nuevo debate que dé un paso más en la regulación pública de la actividad urbanística".
Esto consistiría en el principio de que toda recalificación de los usos del suelo se realice sobre terreno de propiedad pública que sea posteriormente devuelto al mercado para su uso urbanístico inmediato. "Los socialistas reafirmamos que el valor del desarrollo del suelo y las plusvalías de las que se intentan apropiar agentes privados deben quedar en manos públicas".
Los socialistas proponen que el Estado sea "controlado por la sociedad", aunque le otorgan un papel esencial. "El Estado basado en la democracia representativa es un elemento básico de control social y de defensa de los intereses de la mayoría, de progreso hacia una sociedad socialmente más justa y de racionalidad en su intervención sobre el mercado. El Estado democrático es un factor esencial para corregir los defectos del mercado, su imprevisión económica y su ceguera social", señala.
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