Italia tiene muchas incógnitas que despejar
Nadie sabe en Italia el destino de su selección. Los pronósticos y una atmósfera cargada de pasión colman a la escuadra de Azeglio Vicini a la cabeza de los favoritos. Pero el optimismo está algo rebajado por las dudas de un seleccionador poco carismático y la vieja inclinación que tiene este país a caer en la tragedia. De hecho, su primer partido en el grupo A, frente a Austria, hoy (21.00, TVE-2 en directo), tiene un notable contenido operístico. Nadie sabe en Italia, en efecto, si el equipo azzurro generará entusiasmo o amargura.
Las declaraciones más recientes de Azeglio Vicini, el responsable de la selección italiana, han sido de confianza absoluta en sus Posibilidades. Sin embargo, cabe dudar de su sinceridad. Vicini vende imagen, pero no ha logrado vender resultados. Italia se presentará en el estadio Olímpico, de Roma, con una pesada carga de malos resultados y pobres partidos. No ha ganado ni a Brasil ni a Inglaterra ni a Argentina. Frente a un rival tan débil como Grecia, el equipo italiano ofreció, por añadidura, una desesperante carencia de ideas.La posición de Vicini es muy delicada. Este entrenador vivió años felices bajo la poderosa sombra de Enzo Bearzot. Sin grandes responsabilidades entonces, fue capaz de armar un maravilloso cuadro sub 21, aquél que -cayó sorprendentemente frente a España en la final de un Campeonato de Europa. Aquella generación produjo futbolistas de la talla de Donadoni, Vialli, Giannini y Ferri, un arsenal inapreciable para el futuro.
'Un gran segundo'
Como sucesor de Bearzot, Vicini se encuentra ahora a la cabeza de la selección, con un grupo de extraordinarios jugadores y el respaldo de la razia de los clubes italianos en las competiciones europeas. La nave, sin embargo, no va. En este momento de tensión se incrementan los interrogantes sobre la habilidad de Vicini, el gran segundo, para dirigir una escuadra sometida a una presión monumental.
El peso de una hinchada extraordinariamente exigente y volátil añade una losa más sobre Vicini y sus jugadores. La afición italiana ha sublimado los grandes triunfos, como el conseguido en el Campeonato del Mundo de España 82, y ha admitido el magnífico juego del equipo en el de Argentina 78. Pero tuvo que arrodillarse tras el desastre de los de Inglaterra 66 y la República Federal de Alemania 74, así como tras el fiasco del último Europeo, el de la RFA 88.
¿Qué Italia se verá en esta Copa? ¿La orgullosa vencedora de los torneos europeos o el desencajado equipo de los partidos amistosos? Esta tarde se despejarán algunas dudas.
Vulnerable, pero goleadora
Austria es un equipo ideal para medir las posibilidades de Italia. Según los últimos partidos, es por igual vulnerable y goleador. Ante España, ganó con tres goles en la segunda parte después de un inicio calamitoso; frente a Holanda, marcó otros tres en el primer periodo y estuvo muy cerca de permitir luego el empate. Un
conjunto así ayuda a elevarte o a enterrarte. Su potencia radica en la facilidad goleadora de sus dos delanteros, el sevillista Polster y el atlético Rodax.
La pereza estuvo a punto de difuminar la carrera de Polster, pero su último año ha sido espectacular. A su lado, Rodax es la velocidad y la incertidumbre. Pese a sus numerosos goles, poca gente le ha visto jugar. El entrenador austríaco, Josef Hickersberger, tampoco está convencido del talento de Rodax. Hickersberger puede preferir a Ogris, un delantero semidesconocido que cuenta con su beneplácito.
Italia llega con su viejo problema a cuestas: el compañero de Vialli en la delantera. El resto de la escuadra está prácticamente firmado. Zenga será el portero. La defensa estará integrada por Bergomio, Baresi, Ferri y Maldini. En el centro habrá dos trotones, De Napoli y Ancelotti, y dos estilistas, Giannini y el gran Donadoni. Por fin, después de innumerables ensayos, Carnevale, el puntero del Nápoles, jugará con Vialli en la delantera. Al fin y al cabo, todo se discute en Italia, menos la condición de intocable de Vialli.
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