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Tribuna:ITALIA 90
Tribuna
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Argenfina fue un desastre

Camerún superó sus intrigas palaciegas y desbordó al campeón

Quien se precie de conocer a Bilardo y a su Argentina 90 sabía de antemano que la sorpresa del Mundial podía saltar cualquier día. Un campeón del mundo, cuando sale a la cancha, debe estar convencido de que no hay otro mejor. Y ayer, Argentina anduvo con miedo desde que salió del vestuario. Uno de los axiomas del fútbol dice que si el miedo pesa en los talones la muerte es segura. Y así sucedió. Tuvo miedo a perder y así, al final, se pierde. Argentina fue un desastre.El equipo de Bilardo salió mal colocado en el césped, atrincherado en defensa, con sólo un delantero y, lo que es peor, con la mayoría de jugadores desplazados de su demarcación natural. Fue un equipo defensivo que no supo ni siquiera defender.

La lentitud física y mental que evidenció el grupo fue tan tremenda que hubo quien llegó a la conclusión, por lo visto ayer, de que este equipo, sin Maradona, no es capaz de ganarle a nadie y, además, puede perder frente a cualquiera. Fue hasta difícil imaginarse a un argentino que no fuera Diego disparando a puerta, y resultó patética la falta de garra necesaria para la recuperación de balones en la línea de medios.

Un equipo mejor

Los argentinos jamás presionaron, nunca salieron de sus parcelas para ganarse el balón en campo contrario, y provocaron la reacción de Camerun. Los leones indomables salieron al campo timoratos, pero cuando se dieron cuenta de quién era verdaderamente la Argentina que tenían enfrente, le perdieron el respeto y trabajaron por una vie toria sin ningún reproche, pese a la colaboración de Pumpido en el gol del diabólico Omam Biyik.

Camerún, una selección que de puertas a fuera parece vivir siempre en estado de conmoción por las intrigas palacieras entre técnicos y directivos, supo buscar espacios y contraatacar con peligro hasta desbordar al rival. Impuso su potencia fisica, la habilidad y velocidad de sus hombres clave, y la agresividad, aunque se les puede reprochar que se les fueran la mano y acabaran con dos jugadores menos.

Nadie cuestiona, sin embargo, que el equipo del soviético Valery Nepomniachy tuvo más velocidad física y mental, creó más ocasiones de gol y ofreció una mejor solidez defensiva que su rival, es decir, en todos los conceptos del fútbol.

Y es que quizá sería conveniente recordar que Camerún no perdió un sólo encuentro en el Mundial de España y que si no se clasificó para la segunda fase fue por falta de ambición. Ahora ya es capaz Incluso de ganar hasta al campeón.

Este artículo ha sido reclaborado periodísticamente por Ramón Besa.

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