Anders Björck: "Hay que consolidar la democracia en el Este"

La explosión de las minorías nacionales en los países del Este, la integración de éstos en Europa, la unidad de las dos Alemanias y la manera de consolidar la paz y la estabilidad en el Viejo Continente son las grandes coordenadas del Consejo de Europa. Así lo explica, en conversación con este diario, el presidente de la Asamblea Parlamentaria de esta organización, el sueco Anders Björck, de 46 años, que se encuentra en Madrid en visita oficial.

El Consejo de Europa está adquiriendo hoy un especial relieve debido a los cambios en el Este. Tiene como objetivo canalizar no sólo la doctrina de los derechos humanos sino también ser vehículo de la integración europea de los antiguos regímenes comunistas. Björck, precisamente, está desempeñando un papel muy activo en la cooperación con las nuevas democracias de Europa central y oriental."La política que estamos siguiendo con esos países es, primero, acogerles como invitados especiales", dice. Ese estatuto ya lo tienen la URSS, Yugoslavia, Polonia y Hungría desde el año pasado, y la República Democrática Alemana y Checoslovaquia, desde este año. Su integración como miembros de pleno derecho es más problemática puesto que deben cumplir los requisitos básicos exigidos, según Björck: Constitución democrática, respeto de los derechos humanos, elecciones libres y sistema multipartidista. El presidente de la Asamblea dijo que Hungría es el primer país del Este que cumple estas exigencias y es muy posible que durante la presidencia española, a partir de noviembre, se convierta en el primer país del Este miembro de pleno derecho del Consejo de Europa.

El caso de la URSS

Afirma Björck que la URSS es un caso especial, ya que "no es totalmente un país europeo". La Unión Soviética está formada, explica, por un montón de países y nacionalidades. "Además, tiene el problema de las minorías, añadido al hecho de que no sabemos lo que va a ocurrir allí con la democracia. Mi opinión es, sin embargo, que debemos establecer relaciones muy estrechas con la URSS. De no ser así no habrá paz ni estabilidad en Europa".

Según Björck, el Gobierno de Moscú tiene un gran interés por el Consejo de Europa y lo que representa, como lo demuestra el hecho de que el presidente Mijaíl Gorbachov se dirigiese a los europeos el año pasado desde la tribuna de la Asamblea Parlamentaria en Estrasburgo -igual que el presidente Havel de Checoslovaquia-, y no desde otro foro europeo. Añadió que actualmente la URSS está negociando con el Consejo de Europa su adhesión a nueve converios de los 130 del Consejo.

En cuanto al conflicto de las minorías nacionales en el Este, Björck considera que el problema existía y estaba encubierto hasta ahora por los regímenes totalitarios. Los cambios han destapado la olla y pueden llevar consigo inestabilidad y conflictos, añade.

Derechos de las minorías

No hay solución clara para estos problemas. No hay soluciones fáciles, pero hay que definir y asegurar los derechos de las minorías". A este respecto, el Consejo de Europa está trabajando en crear un instituto para los problemas de las minorías nacionales. "Tendremos discusiones serias y amplias sobre este tema en noviembre", dijo.

Björck indicó también que el futuro está en una Europa que volverá a ocupar el primer puesto en el mundo y en la que se vislumbrará una Alemania muy fuerte. "En esto debemos obrar con prudencia. Creo que una Alemania unida debe estar totalmente integrada en la OTAN y en todas las instituciones europeas". Respecto a los brotes de racismo en Europa, afirmó que no hay que minusvalorarlo y que los Gobiernos europeos deben condenar los casos de racismo de manera contundente y sin caer en la ambigüedad, como han hecho algunos.