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Canadá afronta una nueva crisis por Quebec

La dimisión del ministro canadiense de Medio Ambiente, Lucien Bouchard, una de las piezas claves del Gobierno del primer ministro Brian Mulroney en Quebec, presentada el pasado lunes, ha abierto una profunda crisis política en el país. Bouchard dimitió por no estar de acuerdo con la política que el Gobierno pretende aplicar a la citada provincia, de fuerte tradición independentista. El ahora ex ministro considera que el Gobierno intenta renegociar los acuerdos alcanzados en 1987, que otorgaban a Quebec el estatuto de sociedad distinta.

Bouchard opina que el intento de Ottawa de cambiar la calificación acordada para su provincia en los acuerdos de lago Meech de 1987 es "un insulto y una humillación para los habitantes de Quebec". Su dimisión, que llegó a Ottawa por telegrama, se produjo el mismo día en que se cumplía el décimo aniversario del referéndum sobre la separación de Quebec.En 1987 el primer ministro Mulroney aceptó otorgar a esta provincia francófona un estatuto político especial -al que se oponen otras provincias anglófonas- con lo que consiguió el apoyo de Quebec para consolidar su poder político en Canadá.

Los acuerdos de lago Meech parecen haber entrado en una vía muerta. Tres de las 10 provincias canadienses se niegan a ratificar aquellos acuerdos, cuya firma final estaba prevista para el próximo 23 de junio.

Mulroney tiene ahora que controlar la rebelión potencial de Quebec, y, evitar que la dimisión de Bouchard provoque una crisis que destruya sus planes constiticionales y desestabilice su gobierno.

El martes, el primer ministro apeló a los que se oponen a que Quebec tenga un estatuto especial a que le ayuden a tomar las decisiones necesarias para unificar el país. "Quebec dijo 'sí' a Canadá y ahora ha llegado el momento de que Canadá diga 'sí' a Quebec", ha declarado Mulroney, quien la próxima semana recibe a otro político que también tiene problemas de separatismo, en especial en las repúblicas del Báltico: el líder soviético Mijaíl Gorbachov.

Bouchard es un colaborador de Mulroney desde hace 30 años, fue embajador de Canadá en Francia y está considerado como uno de los políticos más prestigiosos de su país. El líder dimisionario era una de las piezas claves del Parti Quebecois, de tendencia separatista, y trabajó por la independencia de Quebec en el referendum de 1980. El 60% de los quebecois votaron entonces contra la opción de soberanía. Bouchard y otros separatistas intentaron entonces encontrar una vía política que permitiera a Quebec conservar su identidad francófona. Mulroney aceptó ese reto y consiguió su apoyo para conseguir aplastantes victorias en 1984 y 1989.

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