Nuria Espert

Nuria Espert vuelve hoy a un escenario, tras casi cinco años, para encarnar un personaje que ella misma califica de muy diferente de lo que ha hecho hasta ahora. El estreno de Maquillaje, una obra del japonés Hisashi Inoue, dirigida por Koichi Kimura, en el Centre Dramátic de la Generalitat valenciana, ha despertado auténtica expectación. "He dado todo lo que he podido", señala la intérprete, para quien la preparación de este montaje ha supuesto un esfuerzo considerable.La hora y media de monólogo de una ficticia actriz de un grupo de teatro popular japonés, que centra el argumento de la obra, ha obligado a Nuria Espert a poner en práctica "una elección constante, una decisión permanente, de cada palabra, de cada movimiento, de cada pensamiento".Ayer fue un día de intensa actividad para Nuria Espert -había que ajustar cuestiones técnicas de última hora-, pero no se sentía como ante un nuevo debú en este regreso a la escena después de un amplio periodo de su vida profesional exclusivamente dedicado a la dirección teatral y de ópera en varios países. Sobre su valentía a la hora de aceptar este compromiso, la actriz, de 55 años, señala: "Siempre he hecho cosas que no me hacían falta". Para ella, Maquillaje es un reto, y la posible reacción del público, esta noche, resulta imprevisible.

Con todo, la actriz ha sido noticia también estos días por un acontecimiento muy diferente: su designación como Lady España. "Es una cosa simpática que me han ofrecido y que acepto con gratitud", explica la actriz, que afirma contemplar con simpatía este reconocimiento, otorgado hasta ahora a mujeres cuyos méritos se han reducido a un papel distinguido casi exclusivamente en las crónicas de sociedad. Reconoce que tiene "poquísimo que ver" con anteriores beneficiarias del galardón, aunque señala que su nombre puede abrir el espectro de personas a las que se concede.