La Escuela de Madrid, recopilada en la Casa del Monte

Un intento de recuperación de los componentes de la Escuela de Madrid supone la exhibición conjunta de más de un centenar de telas del movimiento pictórico que tuvo como maestro a Benjamín Palencia, en la Casa del Monte, desde el pasado día 16 y hasta dentro de dos meses.En la amplia exposición, que ocupa la planta baja y dos pisos de la singular Casa del Monte, se reúne una variada muestra de la denominada Escuela de Madrid, que tuvo origen, a su vez, en la Escuela de Vallecas, que encabezaba el albaceteño Benjamín Palencia, caracterizado por su visión colorista del paisaje.

Siguiendo la huella o caminando a su lado, una serie de pintores como Daniel Vázquez Díaz, Francisco San José, Cirilo Martínez Novillo, Agustín Redondela, Álvaro Delgado, Pancho Cossío, Juan Guillermo, Rafael Zabaleta, Francisco Arias, Luis García Ochoa, Pedro Bueno, Caneja y Menchu Gal, nacidos en los años veinte, dejaron la impronta de su arte.

Así, a la hora de recorrer la muestra hallamos paisajes como la Sierra de Gredos, de Francisco San José; Ermita II y Montes del Tajuña, de Agustín Redondela; Paisaje de la retama, Paisaje serrano o Casilla de Ávila-Amapolas, de Benjamín Palencia; Vegas de la Alcarria, de Francisco San José, o Las escardadoras, de Rafael Zabaleta.

También inciden sobre los ocres paisajes castellanos las obras Toledo, de Redondela; El Cristo de la Olmeda, de Álvaro Delgado; Paisaje con bueyes, de Martinez Novillo: Paisaje castellano con figuras de Francisco San José, o Illescas de García Ochoa.

Merecen destacarse los paisajes urbanos de Agustín Redondela, como Junto al Museo del Prado, un lugar pictórico como edificio fácilmente distingible; Plaza de Colón, antes de la construcción de las torres de Jerez, o Plaza de Oriente, de Juan Guillermo.

La marca clara de Solana puede detectarse, por otra parte, en Mi familia, de Francisco San José; Torero, de Pedro Bueno, pero sobre todo en Viejo vagón de ganado, de Juan Guillermo, en tanto que las marinas y otros paisajes de Menchu Gal poseen cierto ingenuismo y colores agradables que la delatan como la única fémina del grupo.

La Escuela de Madrid tiene su directo antecedente en la Escuela de Vallecas, con una serie de pintores en los que se delimitan los elementos paisajísticos como motivo principal de sus obras, aunque cada uno posee una impronta particular, si bien todos coinciden en señalar a Benjamín Palencia como precursor indiscutible.

La Escuela de Madrid carece de manifiesto o declaración de intenciones estéticas, por lo que, según dijo Félix Tusell, uno de los comisarios de la exposición "a la hora de montarla hemos optado por un criterio pragmático, recogiendo obras de los artistas que indiscutiblemente se reconocen miembros de esta escuela".

Escuela que en realidad nunca fue tal, porque no se dio en su seno una estricta relación de magisterio de ninguno de ellos en una total identidad de propósitos.

El único nexo que une a los artistas, aparte de declararse discípulos del pintor Palencia, es el reconocimiento de que también son deudores de Daniel Vazquez Díaz (1882-1969)