El Estudiantes terminó arrasado por el Barça
El Estudiantes ha disfrutado muy poco de su recién estrenada condición de sernifinalista. Poco más o menos vio cómo el Barcelona se le acercaba por el horizonte repleto de dudas y con la enfermería casi al completo para, acto seguido, ser arrasado sin contemplaciones. Entre sorprendido e incauto, el Estudiantes no ha dejado para el recuerdo más señales que algunas acciones personales del joven Alberto Herreros, elegido el novato del año por los especialistas. Desde luego, el Barcelona ha perseverado en esa via inipresionista que le caracteriza últimamente: no se recuerda en los últimos años un equipo, ni siquiera el Real Madrid, que haya gozado de cinco meses tan intratables como el azulgrana.Ninguno de los tres partidos ha tenido historia. Es más, puede concluirse a título de mera curiosidad cómo el Estudiantes se ha empecinado en el mismo error: permitir que el Barcelona rematara el resultado en el último minuto de cada primer período. Ya en el Palau Blaugrana, el Estudiantes recibía parciales estruendosos en 60 segundos de juego que dejaban sentenciado el resultado al descanso. Ayer no fue diferente aunque existiera un ligero matiz: pasó de ir ganando a empezar a perder con cierta claridad (42-48).
En esas circunstancias, dada la diferencia técnica entre ambos equipos, la contundencia con que se mostró el resultado final ha venido impuesta por una diferencia clara de mentalidad, de carácter, ese sello inmaterial que identifica a los equipos campeones. El Barcelona actuó con cierto conservadurismo al principio, quizás un punto suficiente, pero apretó su juego en la reanudación, deseoso de acabar cuanto antes y ambicioso en el objetivo de no permitir ningún halo de esperanza a su rival. Tras todos aquellos accierones que ha pegado el Barcelona estos dias, el equipo madrileño ha caído al suelo desarmado, para no volver a levantarse.
Quizás los seguidores de este equipo hayan sentido una leve decepción, aunque ayer la Demencia ovacionara a sus jugadores, porque esperaban algo más de resistencia entre los jóvenes cachorros estudiantiles. Pero el Estudiantes ha cambiado: no es un equipo duro, con trahecho y rebelde por principio, pero sí es un equipo Fino y un tanto conformista. En estas semifinales, lo ha sido.
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