Aznar rechaza "cualquier chalaneo" para limitar la dimensión de los escándalos de Naseiro y Guerra

José María Aznar, presidente nacional del Partido Popular, cerró ayer públicamente la vía de una negociación para limitar la dimensión del escándalo de los casos de Guerra y de Naseiro al advertir que se niega "a cualquier chalaneo vergonzoso para pactos de silencio". El líder del primer partido de la oposición pospondrá hasta después de las elecciones andaluzas, en las que su objetivo se ciñe a superar los resultados obtenidos en las anteriores elecciones, la sustitución del ex tesorero Rosendo Naseiro y del ex vicesecretario general Arturo Moreno, así como otros posibles cambios en su equipo de colaboradores.

Aznar rehuyó expresar el convencimiento de que el partido socialista ha llevado a cabo un espionaje político antes de que estallara el caso Naseiro, pero subrayó que exige al Ministerio del Interior aclaraciones sobre las investigaciones llevadas a cabo por la policía sobre el ex tesorero Rosendo Naseiro y el concejal popular de Valencia Salvador Palop.El próximo día 16, el ministro del Interior, José Luis Corcuera se reunirá con los representantes de todos los grupos parlamentarios y es probable que en la conversación los representantes del PP concreten esa solicitud de aclaraciones al máximo responsable de las fuerzas de seguridad.

Aznar reprochó, con todo, a los socialistas una práctica política "rastrera". El dirigente popular eludió citar en ningún caso a los socialistas, pero sus alusiones a ellos fueron inequívocas. En un esforzado intento de desmarcarse de los métodos empleados por los socialistas en la batalla política, y calificados de delincuencia política por algún alto cargo del PP, Aznar exclamó ayer, en la presentación de los 109 candidatos populares en las elecciones autonómicas andaluzas: "La política no se hace a voces, a basura ni a palos, sino con ideas y razones. Esto es precisamente lo que diferencia la política de la acción miserable en que algunos la convierten".

El líder popular, que se mostró en modo alguno tentado a arrojar la toalla -"hoy más que nunca asumo la responsabilidad presente y futura con el partido y los electores", dijo en una conferencia de prensa-, descartó cualquier tentativa de su partido para arrojar arena sobre la investigación judicial, y la iniciada por el propio partido, sobre el caso Naseiro.

Colaboradores de Aznar aseguraron que éste quiere esperar a conocer el resultado de las indagaciones encargadas a Alberto Ruiz Gallardón -que muy probablemente presentará los resultados en la reunión que la junta directiva nacional celebre el próximo día 21- para conocer con rigor el alcance de las acusaciones vertidas contra militantes del PP por percepción de comisiones a cambio de la adjudicación de obras municipales y decidir en consecuencia el alcance del reajuste de su equipo de colaboradores. El propio Aznar comentó ayer que no espera que se produzcan ya más dimisiones, como consecuencia del caso Naseiro, en el Comité Ejecutivo nacional del PP.

Claramente indignado con las consecuencias políticas de un escándalo que atribuye a las buenas expectativas electorales de su partido, Aznar reprochó que se esté intentando destrozar al PP "en un juicio público sin posibilidad de defensa".