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ETA expulsa a uno de sus militantes por acogerse a beneficios penitenciarios

El grupo territorista ETA ha expulsado de sus filas a uno de sus militantes por acogerse a beneficios carcelarios. Este es el segundo preso de la banda que sigue el camino de la expulsión, con el correspondiente boicoteo y aislamiento tanto en los medios afines a la organización como en su pueblo, por solicitar el régimen abierto, de forma unilateral.

La primera de las expulsiones se produjo en febrero pasado cuando un preso de 32 años, que llevaba más de 10 en prisión y que había sido condenado a penas que superaban los 24 años por participar en dos asesinatos, decidió solicitar el régimen abierto para poder salir de la cárcel por el día y volver a dormir a la prisión. Estos beneficios penitenciarios se enmarcan en las medidas de reinserción social impulsadas por el Ministerio de Justicia, cuyo titular es Enrique Múgica.La organización terrorista consideró que el etarra había vulnerado las rígidas instrucciones de la dirección de no buscar salidas individuales, sino mantener la unidad y la respuesta del colectivo de presos, y le pidió explicaciones por su actitud.

El hasta entonces activista de ETA Militar alegó que se encontraba muy cansado tras más de 10 años de cárcel y destacó que a su modo de ver ya no existía colectivo de presos y que era hora de que cada uno buscara una salida por su cuenta.

La dirección de ETA acordó su expulsión y ordenó a sus militantes; y simpatizantes que le castigaran con el vacío, desprecio y acoso, para escarmiento de los otros reclusos que esperaban la resolución del caso para, en caso favorable, optar por las salidas personales. ETA considera que debe haber unidad de acción en el colectivo de: presos ante la política penitenciaria de dispersión, y por tanto rechaza la reinserción política o penitenciaria, a pesar del deterioro físico y psíquico de muchos de sus militantes presos.

Ahora ha sido expulsado un segundo militante, que llevaba en prisión más de cinco años por acogerse a beneficios penitenciarios. Este etarra, aunque no era miembro de un comando de acción, está condenado a más de 240 años de cárcel, aunque el máximo a cumplir de acuerdo con la legislación española son 30 años. Según las sentencias de la Audiencia Nacional el etarra facilitó información, organizó o fue complice en al menos tres atentados contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en los que perdieron la vida cuatro personas. También fue condenado por haber facilitado alojamiento en su propio domicilio a varios miembros de ETA.

La organización estima que la amnistía es la única vía posible, es decir, la salida global y negociada de todos los presos. Por tanto ETA ha prohibido a sus reclusos que soliciten, acepten o firmen las mejoras de grado penitenciario.

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