Regusto superviviente
Después de leer el artículo de Antonio Muñoz Molina publicado en las páginas de Opinión el día 23 de abril de 1990, he vuelto a pensar y ver los meses que estuve prestando mis ¿servicios? en el Ejército. He de recordar con cierto regusto a superviviente aquellos tiempos (1981) donde tuve que aguantar a cabos primeros reenganchados, en Madrid.No me extraña que el muchacho muerto en Valencia el 1 de septiembre de 1988 haya sido a manos de un cabo primero reenganchado, no me extraña. Aquellos muchachitos de 19, 20, 21 años, eternos aspirantes a ingresar en la Academia General Básica de Suboficiales y, después de mucho suspender a intentar el ingreso en la Guardia Civil y vueltos a suspender, pues en sus cortas luces no tenían forma humana de aprobar dichos exámenes de ingreso, ni teóricos, ni psicotécnicos, aunque normalmente no pasaban de los flisicos.
Pero también estaban ahí porque alguien les dio los galones, esos mandos comodones a los que les quitaban el poco trabajo que tenían.
Señor ministro Serra, habría posibilidad de hacer desaparecer esos seudoprofesionales del Ejército, que sin preparación humanístico-técnica en el. mando de tropa hacen y deshacen dentro de algunas unidades militares con la anuencia de mandos (jefes, oficiales y suboficiales comodones).
En la seguridad de que, de no ser por la picaresca el descontrol existente en dicho cuartel, un soldado gordo, miope y torpe, muy torpe en coreografía militar, fiel exponente del pelotón de los torpes, como es mi caso, hubiera sido aspirante a un artículo como en las páginas de EL PAI S, dura y fríamente, escribe Muñoz Molina.-
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