Gracias por los ojos de Milagros
Pienso que el tiempo, que, conio usted bien dice, restaña muchas heridas, sabrá perdonarme a mí también por retrasar tanto esto, que creo se debía haber escrito hace mucho tiempo. Ese tiempo -amigo en ocasiones y enemigo en otras- ha hecho que el impresionante documento que ahora llega a mis manos [una carta al director titulada Los ojos de Milagros, que falleció a causa del aceite de colza] hava estado viajando de bolsillo en bolsillo y, de bata en bata de muchos de los buenos profesionales que tiene el hospital Primero o Doce de Octubre, como usted quiera llamarlo.Precisamente. cuando el tema que causó más de 500 muertes en España parece estar totalmente olvidado por la negligencia de nuestros gobernantes y de nuestras leves, uno de esos buenos profesionales, que tuvo la buena idea de que gran part.c de sus compañeros puderar, apreciar ese texto, ha hecho, que llegue a mí.
Querido Casinniro, aunque nunca podré agradecerle lo que usted ha escrito, me gustaría decirle una cosa: esos ojos de los que usted habla ni a la persona que pertenecieron y seguirán perteneciendo siempre los podremos olvidar nunca, sea quien sea el que intente hacernos pensar así.
Créame que me cuesta ponerme a escribir, después de leer una y otra vez su carta, al hombre que arrancó esas palabras de su corazón, para dirigírselas a una persona tan importante para mí, a mi hermana. Si encontrase palabras, querido amigo, no podría dejar de escribir nunca lo mucho que agradezco su gesto y lo que éste significa para mí.
Pienso que cuando es momento de extenderse en innumerables cosas de las que tendría que darle las gracias sólo se me ocurre dárselas por Los ojos de Milagros.-
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