España, a media asta
Fue en el puerto de Nueva York donde hace muchos años coincidimos con un barco español amarrado a pocos metros de donde estábamos atracando. Miré con viejos rencores la bandera rojigualda, enarbolada a tope, y de nuevo la volví a mirar tras haber dado fin a las faenas de amarre. Pero entonces, sin motivo aparente, la bandera bicolor ya no estaba a tope, sino a media asta. Ya en tierra, me desengañó un tripulante al aclararme que estábamos en plena Semana Santa. Salgo este jueves a pasear por el centro, veo en los edificios oficiales las banderas a media asta y me pregunto: pero ¿no dice la Constitución que nuestro Estado es aconfesional?-
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