La acampada de los jóvenes 'castores'

"Scout una vez, scout siempre". Ésa es la frase preferida por los exploradores madrileños. Cerca de '1100 jóvenes responsables del movimiento en la región se reúnen este fin de semana en una acampada singular en El Escorial para hablar de su futuro. A través de ellos, piensan, se puede reactivar la empalidecida participación juvenil. Es posible ser explorador desde los cinco años con el único requisito de participar en una sencilla ceremonia en la que el joven castor dice: "Yo os prometo compartir mi labor como castor y participar con alegría en la colonia".

Ser scout es, para los 300 jóvenes reunidos en El Escorial, "un modo de vida". El niño que con cinco años ingresa en el movimiento es de inmediato nombrado castor, y lo será hasta los siete años. Su única actividad es el juego controlado por los monitores, que pertenecen a un rango superior. Después, desde los siete hasta los 11 años, pasan a ser lobatos; en este rango priva la convivencia en pequeños grupos y aprenden cosas como "no hacer trampas o a no ser competitivos", señala Vicente Palacios, uno de los responsables de los Exploradores de Madrid.Pero para adoptar responsabilidades dentro de la organización hay que llegar al nivel de scout -chicos y chicas de 11 a 14 años-. Los scouts ya pueden tomar decisiones. Pero aún por encima de éstos están los escultas -de 14 a 16 años- y los rover, los más abueletes. Los primeros son los encargados de organizar las distintas actividades del grupo. Los segundos toman mayores responsabilidades cara al exterior.

Movimiento educativo

Con esta estructura los scouts intentan llegar a su objetivo principal: "Formar personas comprometidas y que puedan tomar sus propias decisiones", dice Vicente Palacios, que define a los exploradores como "un movimiento educativo de tiempo libre en el que se trata de completar la formación que los chicos y las chicas reciben en sus casas y en sus centros de educación". Los Exploradores de Madrid cuentan con 6.000 scouts en la región, repartidos en 61; grupos en 17 municipios. En España hay unos 35.000.

Paloma Pastor Muñoz, de 23 años, jefa de la tropa 395 de Madrid, trabaja con lobatos, entre 8 y 10 años. En el equipo participan dos monitores, y todos ellos forman un clan. En la manada -nombre con el que se denomina al grupo-, añade Pastor, "se enseña psicomotricidad, expresión pedagógica y otras muchas cosas. Pero formar parte de la tropa es más divertido, porque se sale más al campo y se trabaja más en la naturaleza. Sobre todo en los campamentos nos divertimos un montón", dice Paloma Pastor. Carlos Cuadrado, de 17 años, agrega que entre ellos "existe un buen ambiente de hermandad y de amistad". Carlos pertenece a la tropa 110 -los Kimbal-, que es uno de los grupos más numerosos.

El objetivo de los delegados reunidos en El Escorial es, según el presidente de la mesa de la primera conferencia sobre Exploradores de Madrid-Scouts de España, Jorge Ferrero González, "redefinir el futuro cara al año 2000 y a 1993, para relanzar la asociación y renovar todo aquello que se ha quedado obsoleto". Ferrero se muestra principalmente preocupado por la crisis de participación en la vida social y política de los jóvenes y por los problemas medio ambientales de la ciudad, la convivencia, el paro y la droga".

El presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, que había sido invitado para inaugurar la conferencia, no acudió.