La 'conversión' de Vaclav Havel

Durante la jornada de ayer, al margen del viaje papal, la presunta conversión religiosa del presidente de la República, Vaclav Havel, acaparó la atención de los observadores. El escritor-presidente había declarado a EL PAÍS el pasado mes de febrero que él es un creyente pero "no practicante".El hecho de su "fe a medias" había sido subrayado días atrás significativamente por la revista mensual 30 Giorni, del movimiento ultracatólico Comunión y Liberación y cercana al Vaticano, al comentar las próximas elecciones checoslovacas. El sábado había tenido lugar un encuentro a puerta cerrada entre el papa Wojtyla y el presidente en la residencia de éste en Praga, que duró 20 minutos.

Comentando dicho encuentro, el portavoz del presidente, Mijail Zhantouski, afirmó que Havel "se había confesado con el Papa". Interrogado enseguida por los periodistas sobre si se había tratado de confesión "sacramental" y si el presidente pensaba comulgar de manos del Papa, el portavoz respondió que eso era "un secreto de confesión" del que no podía hablar.

Más tarde la radio de Praga habló de una "confesión informal" del presidente con el Papa, pero sin especificar más.

El portavoz de la Presidencia, comentando el hecho con un grupo de informadores extranjeros, añadió que lo único que podía decir es que al final de dicha "confesión informal" el papa Juan Pablo II "le había dado la bendición al presidente"; ¿Bendición o absolución? Esta es la incógnita.

Alguien intentó ayer especular políticamente sobre la noticia dada por el portavoz de Havel, presentándola como un expediente para ganarse las simpatías de los católicos "practicantes" en las inminentes elecciones del 7 de junio próximo. Aunque otros insistieron en que, si acaso, tal revelación podría más bien dañar al presidente. Y se apuntaba como lo más plausible que el presidente Havel "confió sus problemas personales al Papa", cuya presencia aquí calificó de "milagrosa".