Malestar de varios médicos de la Jiménez Díaz tras su jubilación forzosa

La decisión de la Fundación Jiménez Díaz, propietaria de la clínica de la Concepción, de jubilar a los médicos a los 65 años de edad, acordada en el convenio de 1989, ha creado cierto malestar entre algunos de los primeros facultativos afectados. Seis de estos casos han sido llevados a los tribunales laborales por la Asociación Sindical de Médicos. Otros de los afectados, sin embargo, entienden la nueva medida y aceptan la oferta de seguir coomo consultores-jefes y ejerciendo la medicina privada.De esta opinión participa Alfonso Merchante, presidente del patronato rector de la fundación y recién jubilado: "Seguiremos Vinculados a la clínica mediante una nueva regulación contractual. Había que fijar una edad para la jubilación, ésta ha sido a los 65 años".

En palabras de Gabriel Masfurroll, director gerente, la nueva medida había sido adoptada conjuntamente por el patronato, la dirección médica y la gerencia, y posteriormente recogida en convenio con la aprobación de los sindicatos CC OO, UGT y CSIF.

Conflicto de pocos

"No es cierto que la gerencia tomara unilateralmente esta decisión ni que exista un gran malestar entre la generalidad de los médicos, como han dicho algunas voces", añade José María Mato, jefe del área de investigación, en representación de Gregorio Rábago, director médico. "La gerencia cuenta con el apoyo de la dirección médica, y el conflicto surgido en torno a la nueva norma de jubilación ha sido provocado por unas pocas personas, en las que parece que priman más los intereses personales.En esta misma línea se pronuncia el secretario del patronato: "A mediados del año pasado contratarnos a la empresa AMI para que se hiciera cargo de la gerencia de la clínica. El nuevo equipo gestor está integrado por serios profesionales en los que hemos depositado nuestra confianza y de cuya gestión ya estamos obteniendo resultados, que son del dominio público".

José Perianes, uno de los médicos jubilados que más resistencia han mostrado, se negó a hacer declaraciones a EL PAÍS.

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