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35º Congreso Confederal de UGT

Redondo afirma que UGT seguirá siendo socialista, pero con buenas relaciones con otros partidos

Nicolás Redondo dejó claro ayer, al presentar su gestión ante el 35º Congreso Confederal de UGT, que la central continuará manteniendo su orientación socialista, pero establecerá al mismo tiempo buenas y normales relaciones con todos los partidos políticos. En un discurso de casi dos horas, el líder sindical alabó la unidad de acción con CC OO y clarificó que no habrá concertación sin "medidas tangibles de cambio y transformación de la sociedad". El congreso de la UGT quedó inaugurado ayer en Madrid con la asistencia de 800 delegados en representación de más de 900.000 afiliados.

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Tras los saludos de rigor y la elección de José Luis Daza, secretario de UGT-Madrid como presidente de la mesa del congreso, Redondo pronunció un discurso en el que afirmó que las relaciones de la central siempre serán más fáciles con los partidos que respondan mejor a las orientaciones sindicales. Su objetivo es que la central sea plural y de masas, sin por ello renunciar a seguir siendo hijos de Pablo Iglesias, Largo Caballero, Besteiro y Llaneza".Según las palabras de Redondo, ante la etapa que ahora abre el sindicato, la unidad de acción con CC 00 y ELA-STV, será otro de los pilares, junto al diálogo social, pero advierte que "nadie espere un consenso con los trabajadores si no se ofrecen medidas tangibles de cambio y transformación de la sociedad".

En un sólido discurso de 105 folios, el secretario general de UGT justificó todas las transformaciones que se han operado en la central durante los cuatro últimos años, en los que en su opinión UGT ha recorrido un camino para el cual el sindicalismo europeo ha necesitado décadas. Fue un informe de gestión aplaudido largamente por los delegados y elogiado por los dirigentes de CC OO y por el ministro de Trabajo, Manuel Chaves, invitado al congreso. En él, Redondo dibujó el modelo de sindicato que desea afianzar cuando inicia su último mandato, y en el que la autonomía total respecto al partido socialista queda fuera de toda duda. Su convencimiento es tal que lanzó a sus afiliados el siguiente interrogante: "¿Alguien puede defender que en estos cuatro años no hicimos lo adecuado cuando nos opusimos a los incumplimientos del AES, al despido libre, a la ley de pensiones, la reconversión naval, el plan de empleo juvenil o las propuestas salariales de 1986 y 19877.

El dirigente ugetista cree que no se podía hacer otra política sindical distinta y que ello les ha permitido que los salarios crezcan por encima de la inflación y que la opinión pública comprenda que la precaridad en el empleo es alarmante.

Política económica

Categóricamente afirmó que está dispuesto a reconocer que se han cometido muchas equivocaciones, pero no en su oposición a la política económica del Gobierno. Con esa acción sindical, Nicolás Redondo considera que no se ha hecho otra cosa que llevar a la práctica los estatutos y principios de la organización. Ello, recordó, les ha obligado a dimitir como parlamentarios, a modificar la histórica tradición de pedir el voto para el PSOE en las elecciones generales y europeas y a enfrentarse con dolor a las injerencias sufridas por UGT provenientes de miembros del partido socialista. Pese a esos problemas considera que la central ha salido más fortalecida.

Redondo dijo que seguirán concertando con el Gobierno, con una premisa clara: que los acuerdos tripartidos y globales no son posibles ni necesarios. Por ello y desde la próxima semana van a acudir a la Moncloa para iniciar una fase de negociación similar a la culminada en el mes de febrero. Empezarán a discutir los puntos pendientes de la Plataforma sindical prioritaria y todos aquellos que el Ejecutivo proponga, sin que los desacuerdos en algunos puntos impidan alcanzar todos los compromisos posibles. En cuanto a la oferta de lograr un pacto sobre competitividad hecha por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, le parece tan genérica a Redondo que no tiene ningún inconveniente en aceptar ver de qué se trata. Advierte, eso sí, que a su juicio los salarios no son los causantes de los desequilibrios económicos ni del aumento de la inflación y por tanto advierte a quien corresponda que busque otros factores responsables.

Para afianzar el sindicato propone que los debates se centren en adaptar la organización y sus estructuras a una clase trabajadora en cambio permanente, que se preocupen por los asalariados fuera de convenio, los contratos temporales y los trabajadores sumergidos. Su reto es que en los próximos cuatro años se debe doblar la afiliación, establecer secciones sindicales en todas las empresas donde tengan al menos cinco afiliados, dar mayo peso a las estructuras sectoriales y potenciar la democracia interna y la participación de todos los militantes.

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