El guardia civil que mató al joven de Villalba está expedientado por una reyerta anterior
José María del Río, el guardia civil que disparó contra José Manuel Santarem tras mantener una discusión a la salida de una discoteca de Villalba (Madrid), tiene un expediente abierto por protagonizar, a finales de 1989, una reyerta a la puerta de otro establecimiento similar en Vitoria. Más de 1.000 personas asistieron ayer al funeral del joven fallecido. Tres compañeros del agente fueron puestos en libertad tras declarar ante el juez de Collado Villalba.
El guardia civil José María del Río Cárdenas, de 28 años, que se encuentra en la prisión de Carabanchel, fue expedientado a finales del pasado año por intervenir en una reyerta a la salida de una discoteca de Vitoria en la que resultaron heridos tres jóvenes con contusiones de diversa cosideración, según informó Efe. Del Río, que está soltero aunque tenía previsto casarse en breve, está destinado en la Comandancia 511, con sede en la ciudad de Vitoria, desde 1983.Los otros tres agentes que participaron en los hechos fueron llamados a declarar el lunes por el juez de Collado Villalba y puestos en libertad. Uno de ellos, que responde a las iniciales J. S. S., encañonó a Félix Galindo, uno de los amigos del fallecido, introduciéndole la pistola en la boca. Galindo, que consiguió deshacerse del agente, oyó la detonación de dos disparos mientras huía a protegerse en el interior del pub.
Según uno de los propietarios del pub Joloki, los cuatro guardias civiles salieron del local, en donde permanecieron dos horas, "totalmente bebidos". La misma fuente asegura que decían "pertenecer a los GAL y que venían a celebrar una reunión". El propietario de Joloki añadió que tuvo "que salir de la barra para contenerlos", ya que "daban voces a favor de los GAL y de muerte a Euskadi".
El féretro de José Manuel llegó a las tres de la tarde de ayer a la parroquia de la Santísima Trinidad de Villalba desde el Tanatorio de Madrid. En la iglesia fue recibido con aplausos y con gritos de "justicia".
La madre del difunto, María Ciudad, entró al templo rodeada de sus hijos. Mientras lloraba, repetía una y otra vez: "Mi José, mi José". Rosana, su novia, iba acompañada de Félix Galindo, el mejor amigo de José Manuel, y un hermano. Su aspecto era el de una joven destrozada.
En contra de su voluntad
Testigos presenciales de los hechos negaron ayer que hubiera ningún tipo de provocación hacia los guardias civiles por los amigos del difunto ni insinuaciones de la acompañante de los amigos de José Manuel, Ester, que fue el motivo del enfrentamiento. Los guardias civiles "se la querían llevar con ellos en contra de su voluntad" señalan las mismas fuentes.Los amigos de José Manuel, que llevaron a hombros su féretro hasta el cementerio, a unos tres kilómetros de la parroquia, indicaron que el viernes a las 12 de la mañana habrá una manifestación autorizada en señal de protesta.
El sacerdote que ofició la misa de cuerpo presente, Pedro Matesanz, calificó la desaparición del joven como "absurda y brutal", y la reunión de familiares y amigos, como una "protesta frente a tanto absurdo y violencia gratuita".
El juzgado de Villalba, en una nota oficial, dice que "el juez de instrucción ha procedido en el día de ayer [por el lunes] a tomar declaración a los cuatro guardias civiles implicados en la reyerta que trajo como consecuencia la muerte por herida de bala de José Manuel Santarem, decretando la prisión incondicional de uno de ellos como presunto autor del disparo que acabó con la vida de la citada persona". El comunicado añade que "prosiguen las actuaciones sumariales".
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