Los españoles, comprensivos con los conflictos laborales

EL PAÍS En conjunto, el estado de opinión de los ciudadanos españoles sobre la huelga y los, convenios refleja la diversidad de posiciones de una sociedad plural, más bien desdramatizadora de la conflictividad laboral y consciente de la racionalidad básica del conflicto cuando sus objetivos son manifiestos, como es el caso en época de convenios. En el cuadro adjunto se resume tal estado de opinión y las diferencias apreciables entre los integrantes de las distintas clases sociales. Las huelgas de los servicios públicos afectan lógicamente a un gran número de personas.

Uno de cada cuatro ciudadanos (25%) se manifiesta afectado "mucho" o "bastante" por las huelgas de los transportes públicos y casi, uno de cada cinco (17-18%) por las de educación y sanidad, respectivamente, en lo que va de año. Las de sanidad afectan mucho más a los estratos más bajos de la población (2125%) que a los de la clase media (14%) y media alta (9%).

En las de educación la correlación no es tan lineal, pero también afectan más a las familias de clase obrera (21%) y mucho menos a los de clase media alta (9%). La valoración de la frecuencia y sentido de las huelgas puede resumirse diciendo que una de cada tres personas cree que en España hay más huelgas que en la mayoría de los países de la Comunidad Europea (35%), mientras que para el 46% hay igual o menos huelgas entre nosotros, y un 47% piensa que, estando en una época de prosperidad económica, los asalariados no se han beneficiado en la proporción que merecen o se han visto perjudicados (en la clase más media piensa así el 51%, tal vez por un mayor impacto relativo de la inflación en los sueldos).

La opinión está claramente dividida en lo que respecta a la responsabilidad por el incumplimiento de los servicios mínimos. La mitad de los que opinan creen que debe achacarse a la falta de disciplina del personal en huelga (37%), mientras que en proporción similar están los que piensan que son tan altas las exigencias de los servicios mínimos que, si se cumplieran, sería como si no hubiese una huelga efectiva (36%).

Esta última opinión es particularmente frecuente entre las personas de 26 a 35 años (48%), así como entre los votantes de Izquierda Unida (51%).

Culpa del Gobierno

En general, se culpa más al Gobierno de los perjuicios personales ocasionados con motivo de una huelga en los servicios públicos (55%) que a las personas que hicieron la huelga (27%).

Particularmente críticos del Gobierno son los votantes de IU (71%) y del CDS (64%), quedando los del PSOE por debajo de la media (49%) y los del PP ligeramente por encima (58%). También son más críticos los jóvenes (60% entre los que tienen menos de 35 años).

Por último, la inmensa mayoría de los ciudadanos considera que, en general, la huelga es un instrumento normal de presión sobre: el convenio (64%). Así piensan sobre todo los votantes de IU (82%) y los del PSOE (67%) y mucho menos los del PP (55%) y CDS (53%). También esta opinión es menos frecuente en la clase media alta (57%) que en los otros estratos de la sociedad.

En una proporción semejante se pronuncia la opinión respecto al resultado positivo de la huelga en el sentido de que el convenio sale mejor (60%).

No obstante, uno de cada cinco ciudadanos, aproximadamente (22%), opina que los salarios serían iguales tanto con huelga como sin ella. La distribución de opinión es muy parecida en las distintas clases sociales.

De los diferentes electorados, la opinión de IU es la más favorable a los resultados de la huelga (77%), seguida del PSOE (63%) y quedando por debajo de la media PP (58%) y el CDS (47%).