Curvas, travesías y cruces, una red mortal en las carreteras
La crónica trágica de las carreteras españolas se escribe a través de 29 puntos donde el matarse es un cara o cruz, 31 tramos en los que cada 280 metros hay un accidente y 11 travesías de ciudades en las que se registran hasta dos colisiones por semana. Son los puntos negros, unos 6.000. Tráfico da tal nombre al lugar donde se registra un mínimo de tres accidentes al año. En ellos murieron 683 personas en 1988, último año con estadísticas cerradas. Y éstas dicen que hubo 5.224 víctimas; es decir, que el 87% perdieron la vida fuera de los puntos negros. La única duda es si la red viaria no será por entero un punto negro.
La localización de los puntos negros se realiza a través del cuestionario que realizan anualmente las jefaturas provinciales de tráfico. Sólo tienen en cuenta donde ha habido tres accidentes o más. Y así queda reflejado en qué carretera y punto kilométrico se ha producido, si ha sido en recta, curva o cruce, qué mes, día y hora, cuántos vehículos y de qué tipo se han visto implicados, si ha habido colisión, atropello, salida de la calzada o vuelco, si se ha infringido el código de la circulación o ha habido otras causas que provocaron el accidente y cuántos muertos o heridos ha ocasionado.Dejando a un lado los puntos negros de las zonas urbanas, se aprecia que los tramos interurbanos y las travesías se reparten los accidentes, que los cruces provocan la mayor parte de las colisiones y que en un número elevadísimo de casos la culpa la tiene el conductor por no cumplir las normas de tráfico. Pero es precisamente el número de víctimas mortales el que plantea la duda de si la red viaria no será un punto negro por entero. Porque en los que reciben oficialmente tal denominación han muerto 683 personas. Faltan 4.541.
Las estadísticas de Tráfico dicen que en 1988 hubo 5.224 víctimas en las carreteras españolas. Es decir, que el 87% de éstas encontraron la muerte en lugares no considerados puntos negros porque allí no hubo más de tres accidentes. No son, pues, lugares sujetos a estudio. Fueron víctimas que no contribuyeron a la mejora de las carreteras.
De esta manera, en ninguna carretera de Albacete, Soria o Zamora hubo accidente mortal alguno, en los considerados puntos negros. O sea, que prácticamente no hay tales. Cabe decir, pues, que los conductores tuvieron un comportamiento modélico al paso por dichas provincias o que la red viaria allí es todo un ejemplo. En Albacete murieron 59 personas, en Zamora 49 y en Soria 26, pero ninguna de ellas en puntos donde se registraron más de tres accidentes.
Tramos malditos
Pese a todo, la localización de los puntos negros oficiales proporciona cifras a tener en cuenta. Como los 637 accidentes en 112 kilómetros de la N-II a su paso por la provincia de Barcelona, o los 522 en 149 kilómetros de la N-340 de Málaga. Son datos recogidos de los puntos negros, que se multiplicarían si ahí también se incluyeran los lugares donde se ha registrado sólo un accidente o dos. En cualquier caso son suficientes por sí mismos para formar una red de tramos malditos.
Éstos suman 1.342 kilómetros, repartidos en 29 carreteras. Y en ellos ha habido 4.791 accidentes, sumando siempre los ocurridos sólo en los puntos negros, pero éstos se encuentran situados de manera tan cercana entre sí que convierten la carretera en una ruleta rusa. La media de accidentes que proporcionan es de uno cada 280 metros. El intenso tráfico o el paso por poblaciones importantes provoca que el peligro sea una constante, hasta el extremo de que en un tramo de 6,5 kilómetros de la N-620 a su paso por Salamanca la mediada un accidente cada 17 metros.
Los 112 kilómetros de la N-II, en Barcelona, escalonan más los accidentes, cada 176 metros, pero resultan más trágicos, con 22 muertos y 690 heridos. El paso por Martorell, San Andreu de Barca, Palleja, Molins de Rei, San Feliu de Llobregat, Esplugues, San Adria de Besos, Badalona, El Masnou, Mataró, Arenys de Mar o Calella está lleno de trampas por los cruces que se suceden. La conducción en la provincia de Barcelona también tiene un tramo complicado en gran parte de la N-152, porque a los cruces hay que sumar curvas donde son frecuentes los accidentes.
Parecidas características a la N-II de Barcelona presenta la N-340 de Málaga, aún en un tramo mayor, porque atraviesa Estepona, Marbella, Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos y Nerja como poblaciones importantes. Aquí la media es de un accidente cada 286 metros, pero con mayor riesgo de que resulte mortal.
Cara o cruz
Además del establecimiento de tramos de gran peligrosidad, el análisis de los puntos negros sí permite fijar con exactitud cuáles son los que popularmente se entienden como tales, aquellos donde lo más fácil es matarse en un lugar concreto. Y aparecen 29. En éstos, el 50% de los accidentes, o más, tuvieron consecuencias mortales.
La máxima peligrosidad se encuentra en dos puntos porque en ellos el accidente siempre fue mortal. Uno de ellos se encuadra dentro del tramo maldito de la N-340 de Málaga. Es la recta del kilómetro 217,4, en el que a la una de la madrugada del 21 de febrero un turismo se salió de la calzada y murieron dos ocupantes, a las ocho de la mañana del 26 de Julio un camión atropelló a un peatón, y a las siete de la tarde del 31 de diciembre un turismo arrolló a otro peatón. Los conductores no respetaron el código de la circulación.
En Las Palmas, en la GC-200, también ha, otro lugar como para el olvido. Es la curva del kilómetro 5,800 porque ahí a las seis de la tarde del 4 de septiembre un coche se salió de la calzada y murió un ocupante, y a las tres de la tarde del 6 de octubre dos vehiculos colisionaron y murió una persona. En ningún caso quedó reflejado que los conductores infringieran alguna norma de tráfico. Tampoco hubo más accidentes en ese punto exacto, aunque sí tres más a la entrada de la curva, con el balance de una víctima. Como la suma total es de cinco accidentes, se pudo declarar punto negro a dicha curva.
Otros puntos negros de elevada peligrosidad por la frecuencia de accidentes mortales están en Teruel y Alicante. En la curva del kilómetro 68,3 de la N-234 de Teruel se produjeron seis, la mitad de ellos con víctimas, por idénticas causas, colisión entre vehículos. A la correspondiente infracción del código se añadió en estos casos una novedad: mal estado de la vía. En total fallecieron cuatro personas.
Hay otro punto negro destacado que se sitúa en el kilómetro 92,5 de la N-340 a su paso por la provincia de Alicante. Hay una curva sobre el puente del río Seco donde se produjeron cinco accidentes, tres de ellos mortales con un balance de cuatro víctimas. En todos los casos los vehículos se salieron de la calzada y cuatro coincidieron en que era de noche. Según los atestados, incumplieron el código. En 1981 y 1986, el lugar ya fue declarado punto negro.
En la relación de puntos negros hay muchos más de los que tienen consecuencias dramáticas. Y entre éstos sobresale uno: la curva del kilómetro 273,8 de la N-122, donde 18 coches se salieron de la calzada, hecho que se viene repitiendo desde 1977. El balance fue de 27 heridos. En todos los casos hubo infracción al código de la circulación.
Las travesías
En la lista de puntos negros hay muchos lugares en los que los accidentes no suelen registrar fatales consecuencias, a no ser en caso de atropello, pero que por su persistencia son motivo de alarma: son las travesías de las ciudades. La localización de una carretera por medio de una población origina numerosas colisiones con un importante número de heridos al rodar los vehículos a mayor velocidad que en los núcleos considerados urbanos.
En algunos casos estos puntos podrían considerarse como urbanos, pero por ellos transita una carretera nacional. Y esto da lugar a repetidos accidentes, como son los 103 ocurridos en el cruce de la N-620 con la Avenida de Salamanca, en Valladolid.
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