Randy Travis

Su primer disco, Tormentas de vida, fue el primer álbum de la historia de la discografía norteamericana en el que un debutante consiguió el platino. La copia del disco alcanzó más de un millón de ventas en menos de 12 meses sólo en Estados Unidos. Sus canciones no hablan de vaqueros borrachos o de amores imposibles. Randy Travís canta a la vida, al amor y a la felicidad como ningún otro cantante country. Travis no ha prostituido tampoco este tipo de música introduciendo partituras pop para acaparar más mercado. No le hace falta. El público le quiere. Sus canciones han revitalizado el mercado de la música country, abriendo nuevos horizontes a la industria, que temía por la desaparición de este genero, cada vez más postergado en las zonas rurales del país.La aparición de Travis ha sido un milagro, y su figura se ha convertido en un fenómeno de masas. En Nashville (Tennessee), el corazón de la América country, están sorprendidos con este fenómeno. Nadie entiende cómo un solo cantante haya podido levantar el mercado country. Lo que no consiguieron ni el propio Willie Nelson, ni Keriny Rogers, ni los denominados nuevos tradicionalistas -George Strait, The Judds y Robert Cromwell- lo ha conseguido este joven de 30 años, prácticamente desconocido en España.

El estilo de Travis es único, directo y sincero. Una muestra de ello es una estrofa de una de las canciones de su último álbum en la que el cantante le dice a su compañera, cuando ésta está haciendo las maletas, dispuesta a dejarle: "No te olvides el cepillo de dientes, cariño, y que tengas un buen resto de vida sin mí".

Es esta característica, la sencillez, la que ha permitido a Travis conquistar el mercado. Él y sólo él puede decirles a las gentes de la gran llanura lo que no quieren oír en boca de los demás, y por eso Travis llena todos los auditorios en los que actúa.

La historia artística de Travis comenzó en 1972 (entonces tenía 17 años). Cansado de ir de aquí para allí, del alcohol, las drogas y los problemas con los sheriffs de los condados cercanos a su casa, en Marshville (Carolina del Norte) y quizá como un gesto de protesta, Travis participó en un concurso musical organizado en un oscuro club de Charlotte (Carolina del Norte), llamado Country City USA, repleto de neones de marcas de cerveza.

"Cuando le oí cantar me di cuenta de que estaba ante un genio de la música. Su voz sonaba como la de un barítono, y su guitarra formaba parte de su propio cuerpo", explica Mary Elisabeth Lib Hatcher, la organizadora de aquel concurso y hoy la mano derecha-empresario-manager-consejera del cantante. Lib es una mujer bajita, rubia, de 45 años, a la que se relaciona sentimentalmente con el rey del country, el único cantante que en los últimos cinco años ha conseguido reunir 38 premios, entre ellos dos prestigiosos Grammy (1989 y 1987).