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'El asesino de las viudas' de Santander se enfrenta a una posible condena de 300 años

El magistrado del Juzgado de Instrucción número 5 de Santander, Antonio Muñiz, ha dictado auto de procesamiento contra José Antonio Rodríguez Vega, de 32 años, conocido como el asesino de las viudas, acusado de ser el autor de 16 delitos de homicidio, 15 intentos de violación, 4 de hurto y 12 faltas de hurto. Las penas por estos delitos podrían alcanzar los 300 años de prisión. El juez ha fijado asimismo una fianza de 160 millones de pesetas para cubrir responsabilidades pecuniarias.

Rodríguez Vega se hizo tristemente famoso en toda España en la primavera de 1988 tras su detención en Santander. Meses antes, la policía había empezado a sospechar que un asesino de mujeres, de edades comprendidas entre 60 y 90 años, a menudo viudas que vivían solas, andaba suelto por la ciudad. Las sospechas surgieron por los hallazgos en sus domicilios de varias ancianas muertas por parada cardíaca. Algunas presentaban fractura de costillas y otras lesiones que parecían indicar que la violencia había precedido a la defunción.La policía y la Guardia Civil llevaron separadamente las investigaciones, asesoradas por un psiquiatra y un sociólogo. El autor de los crímenes, que habían creado una fuerte psicosis de temor en la ciudad, sería una persona que llevaba aparentemente una vida normal y se ganaba la confianza de sus víctimas. En dos de las casas se encontraron inacabados unos trabajos de albañilería, lo que indujo a la policía a investigar en sus archivos. La ficha de José Antonio Rodríguez, condenado por violación en 1979 a 15 años de cárcel y puesto en libertad en diciembre de 1986, puso sobre la pista a los agentes.

El 19 de abril de 1988 era detenido en su domicilio cercano a la Audiencia Provincial de Santander como presunto "asesino de las viudas". En sus primeras declaraciones manifestó que había matado a nueve mujeres por un irresistible impulso sexual, todas ellas residentes en Santander o en los alrededores. Los crímenes los había cometido siempre asfixiando a las ancianas tumbadas en el suelo o en la cama valiéndose de sus fornidas manos con las que tapaba su boca y nariz. La policía prosiguió sus investigaciones hasta que la lista de homicidios ascendió a 16. Numerosas personas fueron llamadas a comisaría para examinar pequeños objetos que se habían encontrado en poder de Rodríguez Vega. Vecinos de Santander que habían considerado como muerte natural el fallecimiento de sus familiares, descubrieron que habían sido asesinadas. En 15 casos el falso albañil pretendió yacer con sus víctimas, y algunas presentaban heridas en la región genital.

Sólo una de las mujeres, Julia Paz, vecina de la localidad de Muriedas, cercana a Santander, de 61 años y vigorosa constitución, hizo frente al agresor antes de morir por asfixia. Un informe sobre el estado psíquico del detenido, redactado por el doctor García Andrade, forense de Madrid, le hace responsable de sus actos, por lo que debe ser juzgado.

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