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Núñez se queda solo en defensa de Cruyff

Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, es el único miembro de la directiva que defiende al entrenador Johan Cruyff de las críticas de sus, compañeros de junta. La tesis de Núñez, según manifestaron a EL PAÍS fuentes próximas al presidente, es que "Cruyff es el primer técnico serio que ha tenido el Barcelona y, por tanto, hay que mantenerlo en el cargo". Mientras tanto, Cruyff lanzó ayer un duro ataque contra el danés Michael Laudrup: "Se me está agotando la paciencia", dijo el técnico, que rechazó cualquier responsabilidad en la derrota ante el Atlético el pasado sábado.

La mayoría de los miembros de la junta directiva del Barcelona se muestran muy críticos con la labor de Johan Cruyff y están a la espera de cómo se resuelva la final de la Copa del Rey, frente al Real Madrid, el próximo día 5 de abril, para olvidarse de la prohibición expresa que les ha hecho su presidente de criticar públicamente al entrenador holandés. Núñez, por el contrario, defiende "hasta extremos insospechados a Cruyff"', según uno de sus directivos consultados por este diario.La tesis que defiende el presidente barcelonista ante sus compañeros de junta es que Cruyff "es el único entrenador serio" que ha tenido hasta ahora, según fuentes próximas a Núñez. "El presidente está convencido de que la derrota frente al Atlético (0-2) no se produjo por errores tácticos, sino por relajamiento de los jugadores", manifestaron las mismas fuentes. "El toque de atención nos irá muy bien para la Copa del Rey".

Núñez, hasta el momento no se ha planteado la destitución del holandés e incluso "ya está pensando que será insultado en la plaza de Sant Jaume y Cruyff aclamado por todos, si se gana el título", aseguraron a EL PAÍS personas del entorno del presidente azulgrana. Todo lo contrario sucede con sus di rectivos y muy especialmente con el vicepresidente Joan Gaspart, quien, tras la primera jor nada de Liga, ya mantuvo contactos telefónicos con Luis Aragonés y otros entrenadores extranjeros para preparar una operación de recambio.

La situación que se vive en el Barcelona, en vísperas de la final de la Copa del Rey, resulta paradójica. Por un lado está Núñez, defendiendo a un técni co que jamás quiso fichar -sus preferencias estaban por Javier Clemente- y que le fue im puesto por sus compañeros para ganar las elecciones. Y por otro, una directiva que reniega de Cruyff, tras comprobar sus errores técnicos y sus ansias de poder.

Sólo un desastre azulgrana frente al Real Madrid podría hacer cambiar de criterio a Núñez. "Ahora no es el momento de criticar, y cuando vengan los problemas ya los solucionaremos", manifestaron a este di ario personas allegadas al presidente. No se descarta que la actitud pertinaz de Núñez obedezca a una estrategía programada de antemano si llega ese desastre. En la última asamblea de compromisarios ya utilizó el argumento de que fueron los socios y no él quien pidió el fichaje de Cruyff.

Ataque a Laudrup

Sabedor de su fuerza, Cruyff eludió ayer cualquier responsabilidad en la derrota de su equipo frente al Atlético, y, una vez más, acusó a sus jugadores de todos los errores cometidos. En esta ocasión, el técnico azulgrana ha elegido como eentro de sus críticas a Michael Laudrup, un jugador de su absoluta conFianza y contratado por decisión suya hace seis meses.

"No puedo estar satisfecho del rendimiento de Laudrup", dijo Cruyff. "No es suficiente que un jugador de su categoría sólo haya marcado tres goles. No basta con que sepa dar asistencias a sus compañeros". Al ser preguntado por qué hasta ahora había tenido más paciencia con el delantero danés que con Julio Salinas, el técnico respondió: "Laudrup es un jugador extranjero y, por tanto, había que darle más margen para su integración y acoplamiento en el equipo. Pero ahora se me está agotando la paciencia".

Por otra parte, Milla está estudiando con su representante, Miguel Santos, posibles alternativas para solucionar su marginación en el equipo azulgrana. "Puede ser que espere un poco más, muy poco", dijo, "pero hay que encontrar una salida antes de que finalice esta temporada".

El jugador entiende, de todas formas, que la opción de continuar en el Barcelona, en las actuales circunstancias, no le garantiza solucionar sus divergencias con Cruyff, por lo que se ha llegado a plantear la posibilidad de abandonar el club barcelonista. Milla aseguró también que no ha pensado en acogerse al decreto 1.006 para rescindir su contrato, que expira el 30 de junio de 1991.

"Ya sé que no voy a jugar mientras no me ponga de acuerdo en la renovación de mi contrato", explicó el jugador. "El problema", agregó, "es que la situación resulta tan complicada que incluso llegando a un acuerdo para continuar nadie me puede garantizar que no van a quedar rencores y manías por la situación creada".

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