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El primer ministro australiano escapa de forma casi milagrosa a la derrota electoral

El primer ministro de Australia, Bob Hawke, parecía haberse librado ayer de forma casi milagrosa de una derrota en las elecciones generales celebradas el pasado sábado, cuyo resultado, aún provisional, arroja el margen más estrecho de la historia de ese país.A primeras horas del domingo y después de seis horas de recuento de votos, tanto el líder laborista, Hawke, como el liberal, Andrew Peacock, señalaron que estaban en posición de formar Gobierno. Sin embargo, horas después Peacock coincidió con Hawke en qué los laboristas, que pujan por su cuarto mandato consecutivo, eran favoritos para alzarse con el poder en la Cámara de Representantes durante otros siete años.

"Creo que el Partido Laborista formará Gobierno", dijo Hawke, quien, en esa situación permanecerá como primer ministro. El dirigente hubo de reconocer que el equilibrio de la Cámara de 148 escaños estará en las manos de seis diputados. "Desgraciadamente es una situación muy Incierta. Hay tres posibilidades: Un Parlamento bloqueado; un Gobierno laborista o una coalición . Francamente, creo que va en ese orden", afirmó Peacock.

Los laboristas consideran que tienen asegurados 71 escaños, pero señalan que el recuento puede finalizar con 73 escaños para ellos y 73 para el Partido Liberal, con el equilibrio dependiendo de dos independientes.

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