Fumando espero
Una sociedad de tabacos muy diversificada se llevó de calle lo que podríamos llamar la inversión subyacente, si por tal entendemos el escaso dinero que no duerme en liquidez el sueño de los justos. Un repunte del 10% en un valor es un hecho insólito en los tiempos que corren y ello, por supuesto, puso en el disparadero la rumorología del tabaco, y la del papel como sector subsidiario dotado de un morboso valor añadido. Todo quedó en pellizco aislado, libre de toda sospecha y reducible a pura anécdota. Hay poco más que contar sobre el desértico escenario de la renta variable. En todo caso constatar un nuevo peligro: el bajo tono amenaza seriamente las convertibilidades pendientes de las emisones de bonos.
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