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Fernández Ordóñez califica la situación de Gibraltar como "un tumor cancerígeno" en la costa andaluza

La denuncia de los ministros de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y de Sanidad, Julián García Vargas, por la creciente utilización de Gibraltar para el contrabando, el tráfico de drogas, el blanqueo de dinero generado por los estupefacientes y el fraude fiscal se basaban en amplios informes elaborados por la Fiscalía Especial para la Prevención y Represión del Tráfico Ilegal de Drogas y la Dirección General de Aduanas. Fernández Ordóñez entregó la semana pasada en Madrid a su homólogo británico, Douglas Hurd, algunos de estos informes para intentar convencerle directamente de la peligrosa transformación de la colonia gibraltareña y tratar de obtener la cooperación del Gobierno del Reino Unido en la lucha contra lo que el ministro español no duda en describir como "un tumor cancerígeno" incrustado en plena costa andaluza.

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Un paraíso fiscal

Junto con una especie de manual jurídico sobre el funcionamiento de las sociedades gibraltareñas que facilitan el blanqueo y una lista de bancos e intermediarios financieros radicados en el Peñón que están siendo investigados por la Fiscalía Fernández Ordóñez remitió a Hurd un informe de Aduanas sobre contrabando de tabaco y drogas que se reproduce, en parte, a continuación."El procedimiento seguido para la salida del tabaco de Gibraltar y para la introducción en nuestro territorio es el siguiente:

El despacho de tabaco de exportación se realiza por las autoridades aduaneras en su horario oficial de nueve de la mañana a cinco de la tarde, si bien puede solicitarse el despacho a cualquier hora del día o de la noche, siendo preferentemente entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, y entre las cuatro de la madrugada y las siete de la mañana, cuando se realiza mayor número de despacho.

Según noticias fidedignas, en el segundo semestre del pasado año se despacharon en Gibraltar tal número de cajas de tabaco que los funcionarios de la aduana de aquel territorio se declararon en huelga y uno de los motivos fue, según su sindicato, el exceso de trabajo de los responsables de la Oficina de Exportación de Tabaco.

El tabaco se embarca en pequeñas lanchas cuyo único fin es llegar a nuestras playas para alijar, ya que su limitada autonomía les impide realizar grandes recorridos.

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El número de cajas que deberían despacharse por embarcación, según fuentes consultadas, es de 15, siendo los alijos normalmente de ocho o nueve cajas de 500 paquetes cada una, con un valor que no llega al millón de pesetas, con lo que se trata de evitar la consideración de delito en caso de ser apresadas las embarcaciones, limitándose la acción a una infracción administrativa de contrabando, con lo que no se puede detener a los infractores.

Dio obstante, últimamente se han producido aprehensiones por patrulleros del servicio de vigilancia aduanera en cantidad superior a la indicada, lo que viene a significar que dicha norma es inflingida".

"En un principio, los alijos se realizaban mediante transbordos de las lanchas rápidas con base en Gbraltar a botes españoles, los cuales descargaban la mercancía en la playa. Posteriormente, desde el pasado mes de octubre, varias embarcaciones de alta velocidad que tenían como puerto base Villagarcía de Arosa comunicaron a las autoridades marinas su traslado a Gibraltar, sin duda huyendo de la aplicación del decreto 1.119/89, que regula el tráfico de embarcaciones especiales de alta velocidad en aguas marítimas españolas".

Puede estimarse que las ganancias obtenidas por cada caja de tabaco colocada en la costa española asciende a unas 20.000 pesetas, una vez descontados unos gastos de 40.000 pesetas de porte de lancha y 3.000 pesetas que cobra cada descargador. Contando que los cargamentos son de unas 15 cajas, los beneficios por viaje oscilarán alrededor de 200.000 pesetas, en una ruta prácticamente continua.

De todo este tráfico, las autoridades aduaneras españolas no reciben información alguna por parte de las autoridades aduaneras gibraltareñas, conocedoras éstas del momento exacto del despacho y presumiendo claramente el destino del género, lo que denota una permisividad en cuanto a este fenómeno que va en contra de toda relación normal entre administraciones aduaneras, máxime cuando de la complacencia se deducen perjuicios importantes para ciertos sectores de nuestra economía y da lugar, por otra parte, a hechos tan lamentables y de tanta repercusión como los que tuvieron lugar con la detención de funcionarios aduaneros españoles por la policía gibraltareña cuando perseguían a una lancha contrabandista o, como ha quedado dicho, cuando son el origen de alteraciones graves del orden público, con ocasión de los alijos de tabaco en nuestras costas."

Hachís en abundancia

Por lo que al tráfico de drogas se refiere, principalmente el hachís tiene un importante centro de operaciones en Gibraltar, donde se realizan la mayoría de los contratos de embarcaciones y mercancía, aunque ésta, habitualmente procedente de África, no tiene entrada en aquel territorio, pero sí el dinero procedente de dichas actividades.

Las organizaciones contrabandistas, para dificultar su aprehensión, crean compañías' navieras en Gibraltar, cuya única actividad es ostentar la propiedad de estas embarcaciones, siendo aquellos que aparecen como titulares simples testaferros y desconociéndose los socios que componen la sociedad.

A tal fin, varios abogados gibraltareños tienen radicada en su bufete la sede social de varias de estas empresas fantasmas.

A diferencia de lo que sucede con" el tráfico de tabaco, en el campo de la droga existe colaboración entre las autoridades de Gibraltar y de España"

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