La policía desbarata un plan rocambolesco para liberar al jefe del 'comando Madrid'
La policía ha desbaratado un plan de ETA, que parece sacado de las películas de James Bond, que tenía como finalidad la evasión del jefe del comando Madrid, José Ignacio de Juana Chaos, autor de 25 asesinatos, y de otros cuatro etarras que cumplen condena en la cárcel de Sevilla número 2, según informó ayer el Ministerio del Interior. El proyecto de fuga incluía la utilización de un helicóptero, camuflado con los colores de la Cruz Roja, que rescataría a los reclusos del patio de la prisión, para después transportarlos hasta una lancha neumática de grandes dimensiones, en la que llegarían a la frontera con Portugal a través del Guadiana. Cuatro presuntos etarras han sido detenidos por estos hechos en San Sebastián y en Madrid.
Los detenidos son José Luis Muñoz Rodríguez, de 35 años; Miguel Beloqui Iribar, de 31; Iñake Cortadi Alústiza, de 26, y María José de Águeda López, de 32, todos ellos de San Sebastián, quienes realizaron todos los preparativos para la fuga de De Juana y otros cuatro etarras más. Muñoz, De Agueda y Cortadi fueron detenidos en San Sebastián, mientras que Beloqui lo fue en Madrid, cuando regresaba de un viaje a Murcia. Beloqui había salido de la cárcel hace tres años.El plan había sido diseñado por el número uno de ETA, Francisco Múgica Garmendia, Paquito y Artapalo, que se había reunido varias veces en Francia, con el responsable de la operación José Luis Muñoz Rodríguez y le había entregado cuatro millones de pesetas para los gastos.
La idea de conseguir la evasión de la cárcel de De Juana y otros etarras se gestó hace meses. El jefe del comando Madrid estaba entonces preso en la cárcel de Herrera de la Mancha, y allí se pensaba llevar a cabo el plan. Sin embargo, el traslado del dirigente de ETA a Sevilla, por la política de dispersión, obligó a modificar la idea inicial, adaptándola a la nueva situación.
Dos de los detenidos pensaban alquilar un helicóptero de siete plazas, secuestrar al piloto, camuflar el aparato con los colores de la Cruz Roja y aterrizar en el patio de la prisión, como si fueran a evacuar a algún herido. Allí, De Juana y otros cuatro compañeros elegidos por él, se darían a la fuga en la nave aprovechando la sorpresa. Todo estaba preparado para que en 18 segundos se realizara la operación ahora frustrada por la Brigada Central de Información de la Policía.
Seguidamente el helicóptero se dirigiría hacia Cáceres. Los terroristas habían dispuesto un escondite en la sierra de Altamira, donde pensaban permanecer tres o cuatro días hasta que dejaran de buscarles. El refugio está en un bosque de eucaliptos y matorrales y es de difícil acceso. Personas que han estado en el lugar aseguran que el escondite está camuflado y no se aprecia desde más allá de 10 metros.
Los terrenos en los que se encuentra son comunales, en el límite entre las provincias de Cáceres y Toledo, y están contiguos a la finca Valdepuercas, propiedad de un conocido empresario navarro.
Huir por el Guadiana
El refugio está próximo al río Guadarranque, y dista unos 10 kilómetros del Guadiana y de los grandes pantanos del plan Badajoz, que era la vía que pensaban utilizar los terroristas para llegar en la lancha neumática hasta la frontera con Portugal, informa Pedro Jara desde Cáceres.
El plan fue descubierto tras los seguimientos realizados a los terroristas. El hecho de que fueran comprando siete mochilas, siete machetes, siete botes de pintura de camuflaje, etcétera, levantó sospechas entre los policías sobre la existencia de una próxima operación.
También intrigó a los agentes que uno de los miembros del comando realizase un cursillo de adiestramiento en el manejo de helicópteros. Este hecho ha puesto de manifiesto que los etarras pensaron en un principio alquilar el aparato sin piloto y llevarlo ellos hasta la prisión. No obstante, el etarra dejó el cursillo a la mitad, al parecer cuando se dieron cuenta de que era imposible el alquiler de helicópteros sin piloto. El plan volvió a sufrir nuevas reformas. Los etarras decidieron entonces secuestrar al piloto, obligándole a realizar el descenso en la prisión y a acompañarles en la huída.
El responsable del grupo se había despedido de la empresa en la que trabajaba y había pasado a ser liberado, es decir a sueldo de la organización.
Los etarras habían comprado ya en Francia una gran lancha neumática, tipo Zodiac MK3, con suelo metálico y un motor Mercury de gran potencia, todo ello valorado en más de un millón de pesetas, informa Aurora Intxausti desde San Sebastián.
Los terroristas disponían de dos lonjas alquiladas en la zona de Amara, en San Sebastián, en el que han sido intervenidos dos coches, un ciclomotor, material fotográfico, cuatro cantimploras, siete mochilas, siete machetes, y seis cinturones de camuflaje, cuatro brújulas, hachas, martillos, palas y azadas de campaña, espejos de señales, prismáticos y un botiquín. De Juana Chaos era el encargado por Artapalo de elegir sus cuatro compañeros de fuga, entre los que muy probablemente se encontraba Domingo Troitiño. En la prisión de Sevilla se encuentran encarcelados entre 30 y 40 miembros de ETA cuatro de los cuales debían acompañar a De Juana.
José Ignacio de Juana, de 35 años, es uno de los más sanguinarios miembros de ETA, con 25 asesinatos en su haber. Máximo responsable del comando Madrid, fue detenido en enero de 1987.
Intervino, entre otros, en los atentados contra un autobús de la Guardia Civil en la plaza de la República Dominicana de Madrid, en el que murieron 12 guardias civiles jóvenes; en el asesinato del vicealmirante Fausto Escrigas; en el crimen de teniente coronel Besteiro y el comandante Sáenz de Ynestrillas, y en el atentado frustrado contra el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Hernández Gil.
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