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LAS FINANZAS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

El PSUC entrega todo su patrimonio artístico para el pago de deuda0c

El Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) ha entregado la práctica totalidad de su fondo de arte, compuesto por cuarenta cuadros de pintores catalanes, a las tres principales Cajas de Cataluña, con el objeto de enjugar una deuda contraída con estas entidades bancarias y, que sumaba 200 millones de pesetas.La transacción se llevó a término por indicación de los responsables del área de finanzas del partido, en un intento de superar la crisis económica en la que se encontraba sumida la organización desde 1982, como consecuencia de las debacles electorales y de la escisión registrada en el partido.

La transacción económica -los dirigentes del PSUC se resisten a calificarla de venta- culminó el pasado verano, cuando responsables del comité central de dicho partido suscribieron un convenio con los consejos de administración de las tres Cajas deudoras: Caja de Pensiones -La Caixa-, Caja de Barcelona y Caja de Cataluña, en el que se establecía que quedaba cancelada la deuda a cambio de la entrega del fondo de arte.

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La decisión del comité central del PSUC de suscribir este convenio con las Cajas se llevó a término después de efectuar un minucioso análisis contable del partido, a través de una auditoría privada, que puso de manifiesto una deuda de 200 millones de pesetas contraída con las Cajas, como consecuencia de los gastos ocasionados por las elecciones hasta 1982 y por el proceso de escisión vivido en el partido tras la salida del sector pro soviético, que formó el Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC).

Según el responsable financiero del PSUC, Sebastia Guirado, se consideró que resultaba insostenible la carga financiera de este préstamo, que al final ha supuesto una deuda total de 200 millones de pesetas. La única salida consistía en enajenar o ceder el patrimonio, y el único existente era el. fondo de arte. Desde hacía aproximadamente un año el partido había dejado de pagar los intereses del préstamo a las Cajas y en las oficinas del PSUC se acumulaban los requerimientos y las amenazas de embargo de las entidades bancarias.Las díficultades financieras y la posible, enajenación de las obras de arte se trató, primero, en la cúpula del partido y poste riormente, de manera personal, con los artistas, a quienes se les pidió permiso para ceder sus obras a las Cajas, a cambio de condonar la deuda. La respuesta, según portavoces del PSUC, fue unánime y todos los pintores coincidieron en señalar que la donación se había hecho al PS UC y que este podía hacer con ellos aquello que creyera más oportuno.

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Uno de los aspectos más dificiles de la negociación fue el suscitado en los, Consejos de Administración de las Cajas, que se mostraron reacias a aceptar el patrimonio artístico a cambio de la deuda. Preferían ampliar generosamente el plazo de pago de los intereses y la cancelación de los préstamos.

Los responsables del partido plantearon, sin embargo, el tema en términos drásticos de los "cuadros o nada" y las entidades bancarias acabaron cediendo, según fuentes del PSUC. El secretarlo general de este partido, Rafael Ribó -candidato principal de la coalición Iniciativa per Catalu.nya en distintos procesos electorales- llevó el peso de las negociaciones.

La operación ha sido confirmada por un portavoz oficial de la Caja de Pensiones -La Caixa-, quien declinó facilitar otros datos concretos acerca de la misma.

Otra dificultad importante para esta singular transacción venía dada por el valor real de las obras, que en la primera auditoría interna del partido -febrero de 1989- cuantificaba este patrimonio en 48.850.000 pesetas. Los peritos que fueron requeridos por las partes implicadas en la operación dictaminaron, sin embargo, que la cantidad registrada en la auditoría no se correspondía con la que se pudiera obtener por la venta de las obras en el mercado.

Aún así, existía un importante desfase de valor de las obras con respecto a la deuda, que se saldó después de amplios debates en el consejo de las Cajas y gracias a la voluntad política de salvar al PSUC de una situación de práctica quiebra.

Las Cajas, por su parte, obtendrán beneficios fiscales, en concepto de inversión en obras de arte, dado que las convenios suscritos entre el PSUC y las entidades crediticias mencionadas, aunque de finalidad estrictamente económica, contemplaba también otros aspectos culturales y patrimoniales importantes.Desde un punto de vista económico, la operación descrita ha supuesto el saneamiento de las finanzas del PSUC. Pero a pesar de ello, este partido tiene planteado un serio problema con el Tribunal de Cuentas -encargado de la fiscalización de la contabilidad de los partidos políticos-, ya que por cuestiones de índole interna y organizativo se han facilitado sólo datos parciales de la contabilidad de 1987 y no se ha entregado todavía ningún dato referente a la contabilidad de 1988, a pesar die que han transcurrido ocho meses del tope de plazo señalado en la ley de Financiación de Partidos Políticos para entregar sus cuen.tas al Tribunal.

Los responsables de finanzas del PSUC han justificado estos retrasos, alegando problemas internos de orgartización, ya que el partido careció hasta 1986 de una contabilidad adecuada. La voluntad es clara, en opinión de los dirigentes del PSUC, ya que se trata de poner las finanzas al día, someterse a aud:ltorías voluntarias externas -se está efectuando la segunda auditoría- y rendir las cuentas preceptivas al Tribunal de Madrid.

Dos años

Por el momento, el PSUC posee ya datos fiables de las finanzas del Comité Central y de la organización en Barcelona, pero asegura no poseer aún los datos precisos para establecer la contabilidad del conjunto del partido en Cataluña. Los responsables de finanzas creen que se tardará todavía dos años en poseer una visión global de las finanzas del partido.

Portavoces del PSUC aseguran encontrarse "firmemente empeñados" en esta operación de clarificación económica, ya que, entre otras cosas, de esta transparencia depende la recepción de las subvenciones oficiales y públicas del partido, que representan, aproximadamente, el 60% de sus ingresos. El resto se ingresa, esencialmente, gracias a las aportaciones de sus rnilitantes.

A diferencia del PCE, los comunistas catalanes carecen de patrimonio inmobiliario: su sede principal se encuentra instalada en un edificio del centro de Barcelona, por el que paga un alquiler de 200.000 pesetas mensuales.

La contabilidad del PSUC se lleva por separado respecto de la del Partido Comunista de España, y las justificaciones de ambos se presentan por separado al Tribunal de Cuentas.

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