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El juicio que no cesa

Sólo una parte del 'caso Tous' ha terminado con la vista oral

Algunos damnificados comenzaban a dudar que el juicio de Tous acabara algún día. Sin embargo, el jueves, el caso quedó visto para sentencia. No obstante, el final del proceso está aún lejano. El principio del fin comenzará cuando el tribunal del caso decida en su sentencia si la rotura de la presa provocó o no las nueve muertes y los 4 1.000 millones de pesetas en daños registrados en la comarca valenciana de La Ribera durante la riada de 1982.

El presidente del tribunal, José Luis Pérez Hernández, hizo sonar la campanilla un año después de iniciada la vista oral. Pero lo cierto es que el caso Tous aún tiene por delante una larga vida. Pasarán varios meses hasta que se conozca la sentencia y el Tribunal Supremo tardará varios años en resolver los previsibles recursos de casación. Por último el Estado puede argumentar que no tiene provisión presupuestaria y diferir en varios ejercicios el pago de indemnizaciones. Y todo ello, sólo en el caso de una sentencia condenatoria para alguno de los cinco ingenieros procesados, ya que el Estado es el responsable civil subsidiario.No todos los 22.000 damnificados por las inundaciones de 1982 verán el final de este largo proceso. Muchos ya no podrán ver reparados las daños materiales y morales de aquella catástrofe. Son los que han muerto por el camino. "La tira" ya han fallecido, en palabras de Xavier Sierra, el presidente de Afiva, la principal asociación de perjudicados por la riada, que ellos llaman pantanada".Hasta el verdadero fin de este proceso judicial, los bancos seguirán amenazando con embargos a los damnificados que no devuelven los créditos blandos concedidos tras la tragedia. Durante este tiempo, la polémica seguirá presidiendo las obras de construcción de los nuevos pueblos de Gavarda y Beneixida, que quedaron destruidos por las inundaciones. La empresa constructora ha incumplido todos los plazos previstos. Otra empresa, en realidad un consorcio, comenzará dentro de unos meses la construcción de la nueva presa de Tous. Esta obra tampoco estará exenta de polémica. Con todos estos datos se puede afirmar que ahora comienza un nuevo juicio de Tous.

Cambiar la vidaEl final de la vista oral no modifica, por tanto, de forma sustancial la situación de los damnificados por aquella catástrofe. En cambio, los cinco ingenieros procesados -Salvador Madrigal, Jesús González Marín, Florentino Santos, Román Guerrero y Juan Sancho-Tello- sí han podido respirar tranquilos tras oir la campanilla.

Las vidas de los procesados han cambiado a lo largo del año que ha durado la vista oral. Durante ese tiempo, cada día se han sentado en un banquillo y su situación laboral e incluso familiar ha sufrido un vuelco decisivo. Tres de ellos, además, al ser madrileños, casi han cambiado sus domicilios por habitaciones de hotel. Para ellos, el futuro del juicio de Tous, los recursos o la polémica, ya no les afectará tan per sonalmente. A no ser, claro está, que alguno de ellos sea condena do a más de un año de privación de libertad y tenga que entrar en prisión.

El fiscal y los representantes de los damnificados estiman, en diferentes grados, que los inge nieros tienen responsabilidad en la rotura de la presa. Los defen sores de los procesados creen que aquel día llovió tanto que el fenómeno hay que incluirlo dentro de en los supuestos de fuerza mayor. Sólo si alguno de los Ingenieros resulta condenado el Estado pagará indemnizaciones como responsable civil subsidiario. Esto se debe a que los ingenieros trabajaban en organismos de la Administración. Una vez concluida la vista oral, uno de los procesados aseguró a este periódico no tener duda alguna de que el tribunal díctará una sentencia absolutoria. En cambio, representantes legales de los perjudicados manifestaron que el tribunal sólo puede condenar a la vista de las pruebas. Por su parte, algunos damnificados tienen una particular visión del juicio. Uno de ellos dijo a una emisora de radio que confiaba mucho en la Justicia. Al preguntarle cómo recibiría una sentencia absolutoria, respondió: "La ETA no será nada comparada con nosotros".

La indemnización política

Salvador Madrigal fue el autor de parte del proyecto de la presa de Tous. Jesús González era el ingeniero a pie de obra. Florentino Santos fue director de las obras durante una determinada época. Román Guerrero era, cuando se produjo la catástrofe, el jefe del Servicio de Grandes Presas del Ministerio de Obras Públicas. Para este ministerio trabajaban los otros tres Ingenieros. Por su parte, Juan Sancho-Tello era en aquella fecha el comisario de aguas del Júcar.Es por esta razón, la vinculación de los procesados a la Administración, por lo que el fiscal y los acusadores entienden que el Estado es el responsable civil subsidiario en el caso de una sentencia condenatoria. Jamás un fiscal había solicitado al Estado una cifra tan alta para indemnizaciones: casi 41.000 millones de pesetas.

Una sentencia condenator a no signi ica que las indemnizaciones asciendan exactamente a esa cantidad. La propia resolución judicial establecerá las cantidades, en el caso de decidir condenas.

Una absolución no dejaría cerrada de forma absoluta la posibilidad de indemnizaciones, pero habrían de seguirse procesos no penales, probablemente más largos y farragosos. La otra solución, las indemnizaciones por decisión política, siempre estará abierta. Ya lo estaba desde que se rompió la presa.

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