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Entrevista:ENTREVISTA CON ALBERTO ALCOCER, COPRESIDENTE DE GRUCYCSA

"Mi primo y yo también somos propietarios del grupo"

"Esther y Alicia Koplowitz y nuestros hijos saben bien cómo nos hemos esforzado en estos 20 años""Ningún contratista deja enemigos en el camino"

La separación de los dos matrimonios es ya un hecho manifiesto, tanto en lo profesional como en lo personal, y el propio Alcocer así lo reconoce: "Desde hace unos meses yo vivo con mis padres". Pese a ello, la materialización jurídica de la ruptura implica connotaciones patrimoniales que pueden modificar la situación actual de poder dentro del grupo.Bajo esta perspectiva, y desde su atalaya particular en lo más alto de la Torre Picasso, Alberto Alcocer ha pasado revista a los acontecimientos producidos, tratando de diferenciar su papel como gestor del grupo de la posición que él y su primo ocupan en calidad de copropietarios de las distintas empresas creadas en torno a Conycon. No en vano "nosotros somos accionistas muy importantes de Portland Valderrivas y del Banco Zaragozano y nos hemos dejado aquí la vida, trabajando muy duro desde hace 20 años".Pregunta. La crisis; se ha desatado de forma notoria. Llevan ustedes casi un año ya. en esta situación y todavía nadie está en condiciones de dar una solución definitiva al problema. A la luz de los acontecimientos más recientes, su salida de Conycon, el cese de Romualdo García Ambrosio como consejero delegado de Grucycsa y las hostilidades desatadas dentro de la propiedad del grupo, ¿cómo definiría usted la situación que se vive ahora y cómo ha afectado todo ello al desarrollo de las empresas?Respuesta. Desde hace un año estamos viviendo los problemas que la gente conoce. Sin embargo hemos hecho todo lo posible para que estos problemas no afecten a las empresas, aunque no es fácil deslindar las cuestiones personales cuando se dan las circunstancias de vinculación patrimonial, tanto de Alicia y de mi primo Alberto corno de Esther y mía, de las cuestiones empresariales. Alberto y yo somos accionistas de este grupo de empresas y somos presidentes de Grucycsa. Cuando comienzan nuestros problemas familiares somos conscientes de que podrían alcanzar a las compañías. Pero al mismo tiempo sabemos que estas empresas tienen unos gerentes que llevan colaborando con nosotros desde hace años, que son profesionales de gran capacidad y de demostrada experiencia. La prueba de ello es que en 1989 el grupo ha superado en beneficios agregados los 20.000 millones de pesetas.

CapitulacionesP. Asegura usted que junto a su primo son ambos accionistas del grupo. Ahora bien, ¿reconocen el predominio accionarial de Esther y Alicia Koplowitz?.

R. Esther y Alicia tienen el control casi absoluto de la empresa Construcciones y Contra tas, la constructora que heredaron de su padre y que nosotros hemos gestionado y hemos hecho crecer desde 1969. Primero con el apoyo y la colaboración de Ramón Areces y su equipo, a los que estamos muy agradecidos, y en los últimos tiempos, solos. Esta empresa tiene participaciones en otras compañías del grupo, pero el entramado empresarial es muy complejo. Mi primo y yo tenemos también, a título personal, participaciones muy importantes en las diferentes sociedades.

P. ¿Hasta qué punto pueden ser ustedes considerados como copropiefarios del grupo?

R. En tanto en cuanto somos accionistas importantes y creadores de algunas de ellas, somos copropietarios.

P. ¿Existe, a su juicio, alguna posibilidad de que el acuerdo en tre ustedes mantenga la vincula ción patrimonial del grupo? ¿Es tarían ustedes dispuestos a recurrir a los tribunales?

R. Mire usted, cuando nos casarrios firmamos unas capitulaciones matrimoniales de las que resultaba que tanto mi primo corno yo teníamos derecho a una parte de los incrementos patrimoniales que se produjeran en nuestras familias respectivas corno consecuencia de la contribución y el esfuerzo personal que hiciésemos al frente de la empresafamiliar. En estos 20 años hemos logrado consolidar posiblemente uno de los mayores grupos empresariales privados de este país. Alberto Cortina y yo hemos creído siempre que la mejor solución para defender este patrimonio, que al fin y al cabo será para nuestros hijos, era mantenerlo unido. ¿Llegar a los tribunales? No sé si usted se ha separado alguna vez; pero tengo que decirle que un suceso de este tipo incluye una carga de sufrimento para todos, de disgusto profundo, de pesar por el dolor que están viviendo nuestros hijos, que yo creo que nos ha vacunado a todos de la posibilidad de ahondar en la herida.

Blindar el grupo

P. ¿Podría sintetizar cuál es, a su entender, la solución amistosa que negocian con sus esposas?

R. El principal objetivo, a mi entender, ha de ser blindar el grupo. Me gustaría llegar a un entendimiento que incluyera fórmulas de retracto, de tal modo que si mi primo y yo quisiéramos vender nuestras acciones, Esther y Alicia tuvieran derecho preferente para comprarlas... Y viceversa.

P. ¿Pero cuál es la posición de partida que Alberto Cortina y usted defienden? ¿Es ahora más fácil llegar a un rápido acuerdo?

R. Nuestra posición está basada en el cumplimiento de lo que es debido conforme a derecho, en nuestras capitulaciones matrimoniales y en las normas del derecho civil. Sin entrar en el detalle de cantidades ni en matices jurídicos, el concepto en que se basa nuestra posición, recogido tanto en nuestra estructura de capitulaciones matrimoniales como en el Código Civil, es el aumento de valor referido a los bienes de nuestras mujeres, lo que obliga a una distribución patrimonial. En cuanto al acuerdo, utilizando el término taurino, yo diría que el toro ya está en las tablas.

P. La propiedad del grupo, más concretamente Alicia Koplowitz, ha mostrado su temor a una posible traslación patrimonial de su participación en el grupo. ¿Sabe usted a qué responde esta sospecha?

R. Voy a serle franco. En todo este proceso, salvo las cuatro personas directamente implicadas, aquí ha hecho declaraciones todo el mundo. Es lógico que en una situación de este tipo haya personas que estén interesadas en colocarse para el futuro, que quieran salir en la foto. Este tipo de rumores sólo se explican si proceden de alguien que quiere influir en Esther y Alicia. Aquí hay muchos que pensando que nuestras esposas son unas amas de casa indefensas han querido acercarse a ellas. Llama la atención que la mayoría de esas personas no tengan una trayectoria profesional muy brillante, yo diría que son poco aconsejables.

P. ¿Considera que el acercamiento de Romualdo García Ambrosio a las propietarias de Conycon ha provocado el recelo de éstas hacia usted y su primo?

R. Yo creo que Esther y Alicia saben bien cuál ha sido nuestro trabajo y cómo nos hemos esforzado en estos 20 años. Nuestros hijos también lo saben. Y cualquiera que esté en el mundo de los negocios. Baste un dato sobre la evolución de Construcciones y Contratas: cuando nosotros nos hicimos cargo de la empresa, su capital social era de 80 millones de pesetas; hoy suma 5.400 millones. Si alguien intenta decir otra cosa, falta a la verdad y estará haciendo el ridículo más espantoso. Yo traje a Romualdo a esta empresa, creí en él, le di mi confianza. Y siento mucho su actitud de los últimos días.

P. ¿Es la Torre Picasso el símbolo de todos los males?

R. Yo diría que la Torre Picasso es el símbolo de todo lo contrario. Es el símbolo, primero, de la confianza de nuestro grupo en este país, ya que hicimos una gran inversión en un solar que llevaba en venta muchos años. También es un símbolo de la asunción de un riesgo empresa rial en un momento en el que el mercado de oficinas en Madrid estaba muy deprimido. Y en último lugar es la prueba de que el Consejo de Portland Valderrivas tomó una decisión profesional y acertada al construir esta torre.

P. En cualquier caso, reconocerá usted que la ofensiva sobre el Banco Central no ha traído al grupo más que problemas...

R. En realidad, le puedo asegurar que, en principio, yo era el más reacio de todo el grupo a entrar en el capital del Banco Central. De todos modos, se impuso el criterio general y entramos en el Banco Central porque creíamos que era una inversión atractiva en un negocio atractivo. Y además pensamos que podíamos aportar ideas y bríos nuevos a la gestión diaria del banco. Tal vez fallamos en la explicación o quizás Alfonso Escámez no nos entendió bien. Tal vez nos equivocamos en el tono. Aunque también es verdad que no encontramos comprensión en el diálogo. Algunos de nuestros colaboradores mantuvieron además choques y enfrentamientos puntuales que hicieron todavía más grande el foso de las diferencias. Pero no quiero echar a nadie la culpa de lo ocurrido, porque la culpa seguramente es de las dos partes.Un paso adelante

P. ¿Por qué dimitió usted como presidente de Construccionesy Contratas?

R. Porque creí que había llegado el momento de dar un paso hacia adelante. Las conversaciones entre los abogados que negocian nuestros acuerdos patrimoniales estaban estancadas. Entendí que eso podría ser buen para acelerar el proceso, que en una prueba de buena voluntad. Dimití para ayudar. Y le juro a usted que fue un día muy amargo para mí. Con la presentación de esa dimisión cerré una etapa profesional que ha ocupado casi toda mi vida. Una etapa de la que me siento orgulloso y muy agradecido a todos mis colaboradores.

"Todo en la vida lo conseguí con mano izquierda"

"Todo lo que he conseguido en esta vida ha sido con la mano izquierda, y usted ha de saber que ningún contratista deja enemigos en el camino porque luego termina encontrándoselos". Con esta frase, Alberto Alcocer trata de definir su actitud tras los últimos acontecimientos que él ha protagonizado al frente del Grupo Construcciones y Contratas.La expresión sirve para definir su relación con Alfonso Escámez, de quien opina que "defendía su parcela, como era lógico", y con quien espera poder colaborar en el futuro: "Creo que todavía estamos a tiempo".

Este mismo espíritu se puede aplicar incluso a Romualdo García Ambrosio. Para Alcocer, lo cortés no quita lo valiente, "y estoy seguro que si, dentro de unos meses me encuentro con Romualdo, le daré un abrazo y me tomaré un café con él".Además, Alcocer recuerda que el cese de García Ambrosio se produjo por unanimidad de todo el Consejo de Administración de Grucycsa: "Bueno, Miguel Boyer se abstuvo, pero Romualdo tenía problemas con todos los ejecutivos de las empresas del grupo, con Alfonso Cortina, en Valderrivas; Guillermo Visedo, en FOCSA; José Ramón Álvarez Rendueles, en el Banco Zaragozano, y también con los gerentes de Construcciones y Contratas".Pese a todo, agua pasada no mueve molino, y, ahora, lo prioritario para Alberto Alcocer es que él y su primo, Alberto Cortina, puedan alcanzar un acuerdo satisfactorio con sus esposas, Esther y Alicia Koplowitz.

Pregunta. Sobre la base de la distribución patrimonial que defienden, ¿estarían dispuestos a recibir la propiedad de alguna de las grandes empresas del grupo?

Respuesta. Sí, por supuesto.

P. ¿Y cuál es la compañía que elegirían en ese reparto? ¿Valderrivas?, ¿FOCSA?, ¿Banco Zaragozano?R. Cualquiera de ellas es válida. Para nosotros, todas son hijas nuestras.P. Pero, sea cual fuere la prenda correspondiente, tanto usted como su primo tendrán que abandonar Torre Picasso, el estandarte del grupo.R. Puedo asegurarle que, sea cual sea el acuerdo con nuestras mujeres, yo continuaré en Torre Picasso.

P. ¿Al frente de Grueyesa?R. Eso ya lo veremos. No sé.P. ¿No cree que, en realidad, Grucycsa ha dejado ya de tener un peso específico propio dentro de lo que es todo el grupo formado en torno a Construcciones y Contratas?

R. Grucycsa, antes Castellana, 89, es una compañía de cartera que aglutina las participaciones accionariales de algunas sociedades del grupo. Es una empresa importante dentro de nuestro holding porque en su consejo de administración están representados los máximos ejecutivos de las distintas sociedades.

P. Bueno, pero después de lo ocurrido el proyecto parece que ya no responde a los objetivos para los que fue configurado. ¿No es así?R. Cuando surgió Castellana, 89 nuestra intención era hacer un holding desde el que se coordinaran las participaciones en distintas empresas. Nos pareció que, para ello, era mejor comprar una sociedad que cotizara en bolsa y no esperar los tres años que marca la ley para una nueva empresa. Por eso compramos Castellana, 89. El objetivo final era que Castellana, 89, hoy Grucycsa, fuera la cabecera del grupo. Una sociedad cuyo fin era coordinar, controlar y aprovechar al máximo las sinergias de nuestras empresas. Manteniendo, por supuesto, la misma estructura en la propiedad. Yo creo que Grucycsa cumple hoy perfectamente su objetivo.

Cartera Central

P. Cuando usted habla del Banco Central y de Alfonso Escáez, uno tiene la impresión de que controlan perfectamente los movimientos de Cartera Central. Sin embargo, esta empresa depende, en su mayor parte, de Alicia y Esther Koplowitz. ¿No le parece que serán ellas quienes, al final, tendrán que decidir?

R. Debería tener en cuenta que en Cartera Central hay muchos otros socios, y aunque ellas tengan mayoría deberán informar al resto de accionistas de lo que pretendan hacer. Mire usted, una cosa es lo que quieran hacer en Construcciones y Contratas, que es toda suya, y otra lo que hagan en el resto del grupo, donde tienen que dar cuenta a los demás accionistas.

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