La inteligencia, al poder
El esperado asalto al poder establecido se ha consumado superando las previsiones más optimistas de aquéllos que ven en este cambio un aspecto fundamental para conseguir un asentamiento definitivo del baloncesto español. No sólo los hasta ahora dominadores de todas las grandes competiciones no fueron capaces de llegar a la final, sino que su lógica alternativa, el Joventut, confirmó para su desgracia el sambenito de eterno aspirante. El CAI, teórico convidado de piedra, ha hecho historia cuando las circunstancias no parecían las idóneas para ningún tipo de heroicidad, sobre todo tras su eliminación en la Copa Korac.Ha sido un triunfo de la inteligencia en el juego llevada hasta sus últimas consecuencias. Chuchi Carrera tenía muy presente las dos derrotas en la Liga frente al Joventut y planteó el partido de la única forma que la razón aconsejaba: máximo control de la posesión del balón, defensa numantina de los rebotes defensivos -premisa fundamental para poner en práctica la primera regla- y espera de que su máximo bastión ofensivo tuviese un día inspirado.
El joven entrenador del CAI comentó que le parecía fundamental convencer a los jugadores de sus tácticas para que las pusiesen en práctica con una fe máxima. Por lo que parece, lo debió de conseguir, pues los suyos hicieron un alarde de seguimiento a su director incluso en los pocos momentos en los que parecía que el partido se les iba de las manos. Controlaron hasta el límite sus posesiones y, a pesar de serles marcados varios 30 segundos y de verse obligados a veces a realizar tiros en malas posiciones por agobios de tiempo, lograron que sus rivales no estuviese cómodos. Los rebotes, sobre todo en su canasta, fueron en su mayoría para el CAI e incluso en el aro contrario molestó lo suficiente como para ver aparecer el espléndido contraataque de la Penya en contadísimas ocasiones. Por si no fuera suficiente con su juego disciplinado, contó con la mano de Davis en estado de ignición, soportando el juego ofensivo durante todo el partido y decidiendo en esos momentos en los que el balón se convierte en un carbón al rojo vivo.
Pero, por encima de consideraciones tácticas, lo meritorio es que el CAI no perdió la concentración y se movió con una inteligencia digna de elogio. En una fase final de la Copa en la que se has podido ver bastante sinrazón, sobre todo en momentos críticos, el cerebral comportamiento de un jovencísimo equipo deja de manifiesto que el músculo, la altura y la rapidez están muy bien, pero acompañados con una razonable dosis de cabeza están mucho mejor.
Espero que este espaldarazo sea el necesario para que el cuarto poder se asiente. De la misma forma, y conociendo la acentuada cultura de lo negativo que se vive en este país, deseo que el haberse quedado una vez más con la miel en los labios no entorpezca el desarrollo de un equipo, que, aun sin títulos, practica el baloncesto más creativo. Alguna vez se le reconocerá en su justa medida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.