La compraventa de acciones nominativas se liquidará en 11 días a partir de junio

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Asociación Española de Banca (AEB) y las cuatro bolsas han llegado a un acuerdo de principio para poder liquidar las acciones nominativas .-principalmente bancarias- en un plazo máximo de 11 días, en lugar del período medio de tres semanas que tardan en liquidarse este tipo de títulos. El nuevo método de liquidación de las nominativas funcionará desde el próximo mes de junio.

Con el nuevo sistema se eliminará el actual movimiento de papel a la hora de liquidar los títulos nominativos, de tal forma que las acciones nominativas comenzarán a liquidarse en el mismo plazo que las emitidas al portador. Para el inversor este cambio representará un acortamiento en la liquidación de sus títulos nominativos desde el actual plazo medio de tres semanas hasta un máximo de 11 días, equivalentes a nueve días hábiles. Las acciones nominativas representan un tercio del volumen de negocio diario de las cuatro bolsas españolas.En la práctica, la mecánica del nuevo sistema se basa en agilizar la inscripción de las altas y bajas en el libro de registro de accionistas mediante la interconexión informática de las bolsas con las entidades emisoras y de las cuatro bolsas entre sí. Esta inscripción se realizará de forma definitiva el día anterior a la liquidación, es decir, el jueves de la semana siguiente a haberse realizado la compraventa. Previamente, bolsas y sociedades emisoras habrán chequeado informáticamente la identidad de los nuevos y los antiguos poseedores de los títulos.

La AEB, que preside Rafael Termes, ha remitido a sus socios una circular en la que aconseja el cambio al nuevo sistema al considerar que supondrá "un importante ahorro de costes para las entidades, tanto en su función de emisoras como en la de depositarias". Esta disminución de costes se deriva de la supresión del actual movimiento y almacenaje de papel.

EI nuevo método de liquidación de los nominativos contrasta con la situación actual, en la que la liquidación se retrasa como consecuencia del movimiento físico de los llamados "extractos de inscripción", que actúan como sustitutivos de las acciones. De esta forma, la liquidación llega a retrasarse durante semanas hasta que no están inscritos los cambios de titularidad de acciones en los libros de registro de las emisoras, afirma César Farré, subdirector general de la Bolsa de Barcelona.

Anotaciones en cuenta

Pese a estos cambios, las acciones nominativas continuarán existiendo con las mismas características que en la actualidad., Así, las sociedades que emitan acciones nominativas podrán seguir ejerciendo un seguimiento periódico de la identidad de sus accionistas, en contraste con el anonimato que garantizan las acciones al portador.Para poder poner en marcha el cambio al nuevo modelo de liquidación, las sociedades emisoras o las depositarias de títulos comenzarán a transformar en breve los "extractos de inscripción" que ahora manejan sustituyéndolos por un código numérico (referencias técnicas) que será el que se transmita informáticamente en lugar del papel.

El acortamiento del plazo para liquidar las acciones nominativas constituye la antesala de la puesta en marcha del nuevo sistema de liquidación bursátil a través de anotaciones en cuenta. El nuevo sistema -pactado entre la CNMV, las bolsas y la AEB- está previsto que entre en funcionamiento a finales de este año y permitirá liquidar todas las operaciones bursátiles en cinco días hábiles.

En la actualidad, según fuentes de la CNMV, se trabaja ya en un programa para el equiparación valor por valor de las referencias técnicas para lograr que éstas cuadren con los títulos originariamente emitidos como paso previo a su transformación en a notaciones en cuenta. Esta equiparación deberá estar concluido antes de final de año para que pueda entrar en funcionamiento el nuevo sistema de compensación y liquidación.

Con el nuevo sistema desaparecerá el papel como soporte físico de los títulos, de forma que cada título se transformará en sí mismo en una anotación en cuenta, tal y como ocurre ahora en la colocación de deuda pública a través de la central de anotaciones.