8 turistas israelíes, muertos en Egipto por los disparos de unos enmascarados

Un autocar con 31 turistas israelíes fue atacado ayer cuando se encontraba a unos 50 kilómetros de El Cairo. Unos enmascarados, cuyo número no ha podido precisarse, dotados de armas automáticas y granadas de mano, dispararon contra los ocupantes del autobús y causaron la muerte inmediata de ocho turistas israelíes y heridas de diversa consideración a otras 17 personas, entre las que se incluye un egipcio.

El vehículo procedía de Rafah, en la Gaza ocupada, y se dirigía a El Cairo cuando un Peugeot blanco se cruzó en la carretera y le obligó a detenerse. De inmediato saltaron del coche dos o tres enmascarados que abrieron fuego contra los turistas con ametralladoras. Posteriormente lanzaron al interior del autobús cuatro granadas, de las que dos explotaron, mientras los terroristas se daban a la fuga.

El Gobierno israelí, que calificó el atentado de "terrible tragedia", tenía previsto anoche enviar un avión militar para recoger a los heridos, que se encuentran internados en un hospital cairota. "Hemos recibido toda la cooperación de las autoridades egipcias en este asunto", afirmó un portavoz del Ministerio de Exteriores israelí.

[La Organización para la Defensa de los Oprimidos en las Prisiones de Egipto, un grupo desconocido hasta ahora, ha reclamado el atentado. Tras el saludo que utilizan los fundamentalistas islámicos "Alá es grande", un comunicante anónimo, dijo por teléfono a una agencia internacional de noticias que "la organización lanzó el ataque contra el autobús judío para disciplinar al régimen" de Hosni Mubarak y a su nuevo ministro del Interior que "comenzó su cargo con una salvaje tortura de los presos de la cárcel de Torrah", informa Reuter].

"Este atentado sangriento, prueba que aún hay mucho odio anti judio en esta región del mundo", señaló el primer ministro israelí, Isaac Shamir. Añadió: "Esperamos que las autoridades egipcias harán todo por encontrar y castigar a los asesinos ingnobles y tomarán medidas para que no vuelva a ocurrir, nada semejante". Este es el incidente más grave ocurrido contra israelies en Egipto desde 1985 y se teme que dificulte los esfuerzos por lograr un diálogo directo israelo-palestino en El Cairo.

[Mubarak llamó por teléfono personalmente a Shamir para expresarle su concolencia y decirle que "el incidente no impedir el proceso de pacificación, sino, por el contrario, impulsarlo", informa Efe].