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El PSUC cede soberanía a favor de Iniciativa per Catalunya

Enric Company

El Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) acordó ayer en una conferencia nacional renunciar al ejercicio de sus principales funciones como partido y traspasarlas a la federación Iniciativa per Catalunya (IC), por ellos impulsada. El acuerdo es ceder a IC la "última capacidad de decisión" en la elaboración de los programas y las candidaturas electorales, la responsabilidad total sobre la actuación de sus cargos electos en las instituciones y la política de proyección pública.El dirigente Julio Anguita, que asistió a la conferencia como invitado, anunció que propondrá al próximo Comité Central del Partido Comunista de España (PCE) la apertura de un gran debate interno sobre la "resituación de los comunistas", en el que someterán a revisión desde la estructura del partido y el centralismo democrático hasta el papel que debe jugar un partido comunista y la actitud a adoptar ante "una posible síntesis" con los socialistas.

Anguita afirmó que ha llegado el momento del ajuste para no seguir viviendo de un discurso que se ha agotado ya". Anguita reivindicó la limpia historia del partido y añadió: "Tengo claro que no quiero ir a la Segunda Internacional". El debate concluirá en el XIII Congreso del partido que se celebrará en 1991.

El secretario general Rafael Ribó destacó en su informe que la cesión de soberanía no significa la desaparición del PSUC, como temen algunos militantes, e hizo hincapié en que el partido debe adoptar el papel de impulsor de IC, sin instrumentalizarla, para construir una alternativa de izquierdas en Cataluña.

La decisión de ceder soberanía supone que el PSUC continuará su actividad a través de IC. La diferencia radica en que IC no se define como comunista ni como marxista, sino como una "formación política nacional de izquierda crítica, transformadora, heredera de las plurales tradiciones de la izquierda catalana, entre las que cita la socialista".

El núcleo dirigente del PSUC, apiñado en torno al secretario general, rechaza que esta transformación de su partido se deba al hundimiento de los regímenes del socialismo real en el Este de Europa o de la decisión de los comunistas italianos de abandonar el nombre de comunistas. Ribó insiste en que el PSUC sigue una vía original y descarta que suponga una liquidación del partido.

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