El Madrid sufrió ante un Spórting heroico
El Madrid sufrió mucho para arrancar un punto en Gijón. El Spórting acarició durante muchos minutos un triunfo que una vez más se le escapó entre los dedos cuando lo tenía al alcance de la mano. Desde 1984, en la Liga que ganó el Barcelona, no pierde aquí el actual líder, que en sus dos visitas a Asturias en una semana ha obtenido tres puntos.El gol de Hugo, a falta de cinco minutos para el final, fue la consecuencia más de un juego machacón y sacrificado que vistoso. El sistema de García Cuervo se le atragantó al Madrid durante casi todo el partido. Pero no fue suficiente para rubricar la noche con una victoria.
La diferencia la marcaron Martín Vázquez y Butragueño, que fueron quienes elaboraron la jugada que remató sin concesiones Hugo Sánchez. Muy apagado Michel y aislados los demás por la impresionante defensa gijonesa, el Madrid pasó por apuros cuando el Spórting puso en marcha su contraataque.
Y el gol local vino precisamente en una jugada en la que no intervino ningún jugador del Madrid. Abelardo salió de su área con el balón controlado, avanzó muchos metros, se apoyó en Narcisco, éste abrió un pase hacia Villa y el propio Abelardo se colocó en el punto de penalti a la espera de un centro que se produjo con sencillez. Así que el jovencísimo defensa gijonés consiguió con relativa facilidad su segundo gol en esta Liga y mandó el balón a una esquina imposible para Buyo, por lo que el portero gallego no pudo reeditar su afortunada noche del sábado pasado en el Tartiere.
Todo iba perfecto entonces para el Spórting. Y eso que antes del gol el público había reclamado dos faltas a Narciso en el área del Madrid. En una, la salida de Buyo evitó una internada de Narciso camino del gol. El derribo se produjo sobre la línea del área y Mazorra decretó falta y no penalti. En la otra Ruggieri pareció empujar al delantero gijonés pero Mazorra no pitó nada. Antes y después del tanto, el Spórting siguió aplicando el mismo sistema que pareció llevarle a romper la dinámica de buenos resultados que tiene el Madrid en este campo. Es cierto que el equipo madrileño tuvo mejores oportunidades en la primera parte que en la segunda, en la que dominó más. Ablanedo evitó un gol en el saque de una falta ejecutada con maestría entre Hugo, Butragueño y Schuster. El último toque del alemán lo sacó de manera inverosímil el portero gijonés. Un disparo de Michel desde lejos fue a estrellarse en la parte de arriba del poste.
Tras el descanso el Madrid presionó más pero también dejó mayores resquicios en defensa que ni el inocente Alcázar ni el precipitado Villa supieron aprovechar en las que fueron ocasiones más claras del Spórting. Toshack echó el resto y retiró a Ruggieri, que no aportaba nada en defensa y a un Gordillo que estaba muy tapado en su banda por Alcázar para dar entrada a Llorente y Parra. El entrenador madridista los obligó a situarse pegados a las bandas, cada uno en una, para intentar que se abriera la defensa gijonesa, hasta entonces hermética. La táctica no dio resultados inmediatos, pero el Madrid consiguió su objetivo finalmente con el gol de Hugo. Y mantuvo con el corazón en un puño a los jugadores sportinguistas en los cinco últimos minutos. Lo cierto es que en la jugada de gol quienes arriesgaron fueron Martín Vázquez y Butragueño, que pusieron toda su calidad en la acción, y Hugo, que remató con tanta rabia como precisión. Si el Spórting, que se mantuvo firme en defensa siempre, llega a tener un poco más de fuerza en los contraataques hubiera sacado mayor renta durante esos minutos en los que el Madrid retiró a un defensa y medio.
Sólo el empeño y la fe ciega que pusieron los jugadores del Madrid durante un gran periodo de tiempo evitaron la victoria de un Spórting que se vació para conseguirla pero que chocó contra la improvisación y la calidad de los mejores jugadores blancos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.