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Los límites de la 'glasnost'

El mundo occidental es como un niño. Se toma en serio las palabras que le soplan al oído y las repite como un crío aplicado. Su inocencia es refrescante. Pero, ¿es acaso una virtud? La demostración más espectacular la tenemos en las confusas informaciones sobre la crisis que sacude la República de Azerbaiyán. Como punto de partida, la ausencia de cobertura periodística norteamericana, europea o japonesa. Tras semanas de agitación, las fronteras de esta zona permanecen herméticamente cerradas, como una gran Albania. Sin duda, la intención de las autoridades es garantizar la seguridad de los periodistas. ( ... ) Por lo tanto, glasnost obliga, las agencias de Prensa soviéticas y la televisión de Moscú se encargaron de informarnos. Y lo han hecho sin disimular la gravedad de los hechos. No hay mejor prueba que el siguiente titular: "Es una nueva guerra de Líbano". ( ... ) Los medios de comunicación han repetido machaconamente este titular miles de veces. ( ... )La URSS de ayer cantaba las maravillas del trigo y los tractores, los cuentos de las mil y una noches del socialismo. La de hoy dramatiza todas las dificultades que encuentra Gorbachov, el último héroe de la revolución. La primera resultó invendible, la segunda, irresistible. Después de tanto tiempo, los soviéticos conocen la receta. ( ... ) Si la glasnosí existe, que se abran las puertas. Si no, tendremos que enfrentarnos a uno de los mecanismos actuales de desinformación.

, 18 de enero

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