Las urgencias de los hospitales siguen colapsadas tras la implantación del 061

Los servicios de urgencias de los grandes hospitales de Madrid seguían ayer desbordados, un día después de la puesta en marcha del teléfono de urgencias 061, según señalaron varios responsables sanitarios. La implantación del régimen de cita previa en los consultorios de la Seguridad Social ha contribuido también a incrementar el número de pacientes en las urgencias, según las mismas fuentes.El coordinador de urgencias del hospital Ramón y Cajal, Juan Sariz, precisó ayer que la implantación del teléfono centralizado 061 no se ha dejado notar todavía. "Estamos agobiados por el constante ingreso de enfermos en urgencias, con una media diaria de 450, y en una época como la invernal, caracterizada por el incremento de las enfermedades respiratorias", dijo.

"Los lunes son los peores días", recalca el coordinador de urgencias. A su juicio, desde la implantación de la cita previa para acudir a los consultorios de la Seguridad Social numerosos pacientes se han "desviado" a los servicios de urgencia para no tener que esperar varios días.

En el hospital Gregorio Marañón, dependiente de la Comunidad de Madrid, también coinciden en destacar la influencia negativa de la cita previa. "Muchos pacientes acuden con pequeñas afecciones", afirmó un responsable del servicio de urgencias, que reconoció el colapso generado por los más de 450 ingresos diarios. Este centro atiende a más de un millón de habitantes de la zona este de Madrid.

Las urgencias del hospital Doce de Octubre también se encontraban ayer saturadas. Un facultativo del servicio de urgencias aseguró que sólo en medicina interna se registran 100 ingresos diarios, del total de 500 en el conjunto del centro.

José Carro, subdirector de Atención Primaria del Insalud en Madrid, señaló que hasta dentro de un mes no será posible hacer una evaluación seria del funcionamiento del servicio del teléfono 061. Según los datos del Insalud, en 1989 la demanda de servicios de urgencias en Madrid se incrementó en un 5%, rompiendo así la curva ascendente de 1988, en la que aumentaron en casi un 20% los ingresos.