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Guerra fraguada

La familia Serratosa, junto con los Garnica, gana el primer asalto a Mario Conde en Valenciana

Las familias Serratosa y Garnica, amigas desde hace dos generaciones y socias en Valenciana de Cementos., han conseguido ganar el primer asalto en la pugna por el control de esta empresa y han propinado el primer capón de importancia a Mario Conde, presidente de Banesto, quien tras la frustrada fusión con el Central vivía días de tranquilidad interna. Desconocidos no sólo por el gran público, sino también por la comunidad financiera, José y Emilio Serratosa pertenecen a esa clase de empresarios que busca el anonimato como forma de vida y preserva su intimidad por encima de todo.

Trabajar y no hablar es el lema dorado de esta familia que, a su pesar, ha saltado a las páginas de los periódicos por enfrentarse al hombre de moda de las finalizas españolas."Ya sabe usted que don José no habla con los periodistas," contestan desde la sede central de Valenciana en la capital del Turia. Círculos cercanos a la familia les describen como personas de "buen conformar" y absolutamente volcados con sus hijos y nietos. Amante de la naturaleza, José Serratosa -catorce años mayor que su hermao Emilio-, ejerce de patriarca. El es la ponderación, la reflexión, rara vez se altera. Como presidente de Valenciana de Cementos ha dirigido la operación de venta del 13,5%) de la empresa a la noruega Aker que ha venido a camblar la relación de fuerzas, ha hecho perder el control a Banesto y ha servido de espoleta para que estalle esta guerra lenI-amente fraguada y rápidamente enconada.

Aunque se conoce poco de la Vida de los Serratosa, se sabe que son apasionados de la caza. En alguna ocasión asistieron a alguna cacería de altos vuelos con aristócratas de postín, adinerados banqueros y nuevos ricos. Practican con asiduidad y celo la z:aza del conejo y la perdiz, aunque lo que realmente les divertía era cazar patos cerca de Valencia, cuando esta modalidad estaba permitida.

Trabajar sobre seguro

José Serratosa, grandote y, afable, es poco amigo del trasiego dc los viajes, prefiere las tranquilw y conocidas calles provincianas ¿ la artificialidad de la gran cludac y sus hoteles. Emilio es amigo de la conversación, de la tertulia y la negociación. Ya cuando se produjo lo que califican como acoso de Conde a la familia para que deshiciera la anterior opera ción en la que se intercambiab, capital con la cementera británica Castle decía que "no estamos acostumbrados a los métodos de presión de Conde. Nosotros no queremos la disputa, no nos gusta y no va con nuestro estilo".

En aquella ocasión, a principios del verano pasado, los Se rratosa decidieron deshacer una operación similar en la que tam bién estaban de acuerdo los res tantes socios de la cementera, lo Garnica y la noruega Aker. El esta ocasión han firmado la opc ración y luego han informado al consejo de Cementos del Atlántlico y de Valenciana, donde tiene mayoría. Han trabajado sobre seguro "porque nos asiste la razón", dicen los Serratosa.

José y Emilio, así como Alfre do, primo carnal que también e consejero en Valenciana, hubie ran querido evitar este episodi de disputa sobre Valenciana y, de hecho, creen que al contar co los poderes del consejo no habría mayores inconvenientes. Banesto lo entiende justo al revés, Tres días antes de conocerse la venta a la empresa noruega origen del pleito, José Serratosa presentaba su dimisión por conducto notarial como consejero de Banesto. Aquel día no asistió al consejo pese a encontrase en Madrid. "El cerco a que le sometía el banco, intentando maniobrar con cl circulante y la caja de la cementera, le hizo salir del consejo para defender mejor los intereses de su familia", dice un miembro de la familia Garnica. Los Garnica son firmes aliados de los Serratosa, en un intento de desquitarse de Mario Conde, quien les desplazó de su antigua posición hegemónica e intocable en Banesto.

Los fines de semana José se retira a su finca Miraflor en Ontinent, donde no dispone de teléfono, mientras que Emilio suele ir en algunas ocasiones a la que posee en la provincia de Ciudad Real. Sin aspiraciones de grandeza, los Serratosa dedican todo el día a la gestión de Valenciana. Lo habitual es que a las 8.30 de la mañana aparezcan por sus despachos.

Matrimonios acertados

El 30 de abril de 1917, con la Primera Guerra Mundial dando los últimos coletazos, un huertano de Alfalfar, pueblo cercano a Valencia, Rafael Riduara Soria, fundaba Valenciana de Cementos Portland con un capital social de un millón de pesetas. Sus padres habían hecho dinero como comerciantes en Cataluña. El fundador se quedó con el 52% del capital, el 25% su consuegro, José Serratosa Mir, el 6% su yerno, José Serratosa Nadal, (estos eran padre e hijo) y el resto se lo repartían sus amigos José Puertes con el 11 % y José Vilá con el 6`- según datos aportados por la empresa.

El matrimonio formado por el fundador Rafael Ridaura y Rafael Cotanda tuvo tres hijas y ningún varón, lo que venía a ser un problema en aquellos tiempos. Pero el matrimonio vino a solucionarlo y a poner pantalones para enderezo del negocio. Ana y Amparo se casaron con los hermanos José y Alfredo Serratosa Nadal. Así se formó el nudo familiar Serratosa Ridaura. Del matrimonio de Ana nacen los actuales responsables de la empresa, José y Emilio y del matrimonio de Amparo nace Alfredo.

José Serratosa Nadal, apesar de contar sólo con el 6% del capital, es nombrado gerente desde su comienzo. Pasa a ser presidente en 1959, cuando fallece su suegro y fundador. Los Garnica ya estaban en la dirección desde hacía un tiempo. Pablo Garnica Echevarría, padre del actual Pablo Garnica Mansi, presidente de honor de Banesto, se había incorporado a la empresa en 1928.

Banesto fue un fuelle para la cementera. Valenciana, apoyada por el desarrollo económico de los años veinte, con fuerte demanda de cemento para las obras públicas, logra disparar sus ventas. Este crecimiento desembocó en un fuerte parón y un crecimiento pausado, hasta su verdadero despegue con el desarrollismo de los años sesenta. El fuerte impulso de las obras públicas dispara las ventas. En estos años se diseña el proceso diversificador, mediante el que Valenciana crea distintas filiales para diferentes actividades, entre las que se sitúan el cultivo de flores y frutas mediterráneas.

José Serratosa, hoy alma mater de la empresa, comenzó su carrera con la entrada en el consejo en 1954. Fue nombrado director general en 1968, y consejero delegado, en 1980. Al morir su padre, en 1983, podría haber ocupado la presidencia de la cementera pero entonces la dependencia del banco era muy fuerte por lo que fue nombrado presidente Pablo Garnica Mansi. Este ocupó el cargo hasta el primer consejo de administración celebrado tras el pasado verano, en el que se negoció la salida de Garnica Mansi de la presidencia, aunque quedaba como consejero, y el ascenso de José Serratosa al sillón presidencial.

Se produjo en esa sesión la entrada en el consejo de Salvador Salort, un hombre de la nueva mayoría encabezada por Conde. Este hecho influyó para el desencadenamiento de la crisis: Salort tenía el encargo de reorganizar el puzzle de participaciones cruzadas que, según Banesto, perseguía evitar el control del banco sobre el grupo cementero.

Desde entonces y sin que saliera a la luz pública los Serratosa han montado una estrategia para destejer lo que tejía Arturo Romaní, consejero ejecutivo del área industrial del Banco. A saber, aclarar la maraña de las participaciones cruzadas.

El banco asegura que la familia Serratosa tiene mayor presencia en el consejo que la que le corresponde por capital. La rebelión de los Serratosa junto con los Garnica ha irritado a los responsables de Banesto. Hasta el punto de que ya preparan su artillería jurídica para devolver el golpe.

Lo primero, el negocio

En la vieja amistad entre la familia Serratosa y la familia Garnica siempre se han antepuesto los intereses del negoc, o a los lazos de esa amistad. Así lo confirma un miembro de la familia Garnica, para quien José y Emilio Serratosa son -unos excelentes gestores como lo demuestran los datos económicos conseguidos por la empresa cementera ".Al final del pasado año la empresa logró unas ventas de 18.123 millones de pesetas con un cash flow (beneficio neto más amortizaciones) de 5.943 millones de pesetas que se acercará a los 10.000 rnillones este año. La deuda a corto plazo es de 3.713 millones de pesetas. El capital social es de 5.671 millones de pesetas. Los recursos propios se elevan a 33.941 tnillones de pesetas, lo que habla por sí solo de su fortaleza. Cuenta con Filiales tanto en España como en el extranjero. En territorio nacional están Cementos del Atlántico, Portlaild Mallorca, Portland Iberia y Materiales Hidi-aúlicos Grifli. En el extranjero, Hispano Dominicana de Cemetitos, Norval, Ciments Blanes du Maroc.

Pero Valenciana no sólo posee negocio en el sector cementero, sino que su diversificación ha llegado a la producción de flores y árboles frutales. En Liria posee la empresa una importante finca, Edela, dedicada a la producción de flores y en la provincia de Murcia, Los Romeros, dedicada a la producción de árboles frutales. Estas fincas producen unos negocios cercanos a los 100 millones de pesetas anuales.

La capacidad de produción de la cementera es de 3,5 millones de toneladas y ello gracias a la renovación tecnología que ha afrontado el equipo directivo, seCIún señalan fuentes de la empresa. En la actualidad se afrontan proyectos junto con su socio Aker con la puesta en marcha de sitos cementeros en varios países.

En estos momentos, la unión Serratosa-Garnica es más fuerte que nunca, y aunque saben que se entrará en una dinámica de pleitos, consideran que el control de la empresa lo merecía.

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