Dos viejos enemigos

Con diferentes nombres, los dos partidos que representan el nacionalismo de izquierda han venido compitiendo desde 1979. La ventaja fue siempre para el Bloque Nacionalista Galego (BNG) hasta las autonómicas de 1985, en las que el Partido Socialista Galego-Esquerda Galega (PSGEG) obtuvo un inesperado triunfo con el 5,8% de los votos y tres escaños.

El BNG debió conformarse con uno, dos menos que en las primeras elecciones al Parlamento gallego, del que fueron expulsados sus tres diputados por negarse a jurar la Constitución. Este episodio tuvo consecuencias desastrosas para la organización, que en 1985 decidió que su único representante, en la Cámara, Xosé Manuel Beiras, aceptase públicamente acatar la Carta Magna.

Desde entonces, el BNG ha sufrido una espectacular transformación. Después de deshacerse de'los colectivos independentistas radicales, condena el uso de la violencia y estaría dispuesto a prestar sus votos al PSOE con el objetivo de evitar un Gobierno de Fraga o a unirse con el centro nacionalista.

Disputas de coroneles

El protagonismo de Beiras en el Parlamento le ha proporcionado un liderazgo del que, carecía por las continuas disputas entre sus coroneles, como eran llamados en la clandestinidad. El diputado, de 53 años, un catedrático de Economía, auténtico niño prodigio del nacionalismo, había permanecido varios años al margen de la política por problemas personales.

En poco tiempo ha recobrado su viejo carisma de profesor culto y vehemente, con imagen de izquierda divina, y ha protagonizado fuertes Polémicas, sobre todo por su defensa de Barreiro durante el procesamiento judicial del ex vicepresidente de la Xurita.

Esta estrategia de acercamiento al nacionalismo de centro le enfrenta al PSG-EG, con cuyo líder, Camilo Nogueira, mantiene Beiras una vieja enemistad personal. Durante los últimos días de campaña han vuelto a tantear la posibilidad de presentarse juntos a la repetición de las¡ elecciones legislativas en Pontevedra, pero Nogueira y Beiras se destrozaron mutuamente en un debate radiofánico. El próximo domingo mantendrán un muy particular duelo en el que después de ocho años el favorito vuelve a ser el Bloque Nacionalista Galego.